EL ESPÍRITU HACE QUE EL HOMBRE
SE ARREPIENTA DEL PECADO Y SEA REGENERADO
Antes que el Espíritu entre en nosotros para llevar a cabo estas seis cosas, Él primero debe hacer algo. Juan 16:8 nos muestra que el Espíritu hace que el hombre se arrepienta, se reprenda a sí mismo y confiese su pecado. Los versículos del 9 al 11 dicen: “De pecado, por cuanto no creen en Mí; de justicia, por cuanto voy al Padre [...] y de juicio, por cuanto el príncipe de este mundo ha sido ya juzgado”. En cuanto al pecado, el Espíritu les muestra a las personas que serán condenadas si permanecen en Adán y no creen en el Señor. En cuanto a la justicia, el Espíritu les muestra que pueden ser justificadas al creer en Cristo porque Dios efectuó la redención. En cuanto a juicio, el Espíritu les muestra que serán juzgadas en el futuro si siguen a Satanás porque él ya ha sido juzgado por Dios.
Cuando las personas ven estos asuntos en cuanto al pecado, la justicia y el juicio, son convencidas de que deben arrepentirse y recibir al Salvador. Entonces el Espíritu entra en ellas para regenerarlas y, a partir de ese momento, el Espíritu empieza a llevar a cabo estas seis cosas continuamente en ellas.
(Pláticas adicionales sobre el conocimiento de la vida, capítulo 7, por Witness Lee)