Pláticas adicionales sobre el conocimiento de la vida, por Witness Lee

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EL ESPÍRITU DE VIDA ES EL ESPÍRITU DE DIOS (JUNTO CON LA VIDA DE DIOS) QUE ESTÁ MEZCLADO CON EL ESPÍRITU HUMANO

Todos sabemos que el Espíritu es el Espíritu de vida debido a que la vida está en el Espíritu. El Espíritu no es simplemente el Espíritu de Dios, sino el Espíritu de Dios que ha entrado en nuestro espíritu, y estos dos espíritus se han mezclado como un solo espíritu, es decir, el Espíritu de Dios se ha mezclado con el espíritu del hombre. Romanos 8:16 dice que el Espíritu mismo da testimonio juntamente con nuestro espíritu; esto significa que los dos espíritus se han mezclado. La vida está en este espíritu, y este espíritu es la mezcla de los dos espíritus.

¿Qué es entonces el Espíritu de vida? Hay tres elementos en el Espíritu de vida: el Espíritu de Dios, el espíritu del hombre y la vida de Dios, y los tres son uno. Usemos como ejemplo el jugo hecho a partir de un concentrado de frutas. Podemos comparar el agua al espíritu humano; el concentrado, que se asemeja al agua, puede ser comparado al Espíritu de Dios; y el azúcar, que está en el concentrado, a la vida de Dios. Cuando mezclamos el concentrado con el agua, el elemento del azúcar que está en el concentrado también se mezcla con el agua; así, el concentrado llega a ser jugo de frutas endulzado. De la misma manera, cuando el Espíritu de Dios entra en nuestro espíritu, la vida de Dios que está en el Espíritu de Dios también entra en nuestro espíritu; de ese modo, se forma un espíritu que es tres en uno.

Este espíritu “tres-en-uno” es la mezcla del Espíritu de Dios con el espíritu del hombre y la vida de Dios. Cuando esta vida nos da ciertos sentimientos, sentimos la presencia de Dios; en otras palabras, sentimos frescura, vivacidad, fuerza, poder, resplandor, santidad y realidad. Cuando la vida que está en este espíritu “tres-en-uno” nos permite sentir la presencia de Dios, ella nos da un sentir del Espíritu. Cuando esta vida nos da un sentir de frescura, vivacidad, fuerza, poder, resplandor, santidad y realidad en vez de vanidad, ella nos da un sentir del Espíritu. Por lo tanto, cuando percibimos estos sentimientos y condiciones positivos, tocamos al Espíritu.

(Pláticas adicionales sobre el conocimiento de la vida, capítulo 11, por Witness Lee)