I. EL DISCERNIMIENTO Y EL MANEJO
La capacidad de discernimiento de un anciano sin duda alguna está relacionada con el manejo de la iglesia. Un anciano que no es capaz de discernir a las personas y las cosas, ciertamente no podrá encargarse del manejo de la iglesia. En otras palabras, una persona que tiene una mente confusa no puede manejar la iglesia. Aquel que se encarga del manejo de la iglesia y que vela por ella debe tener una mente muy clara y despejada. Si usted confunde tres con cuatro y cuatro con tres, no puede encargarse del manejo de la iglesia. Incluso si intentara hacerlo, su manejo sería un manejo de confusión. Por lo tanto, o no mencionamos el manejo de la iglesia en absoluto, o, si hablamos de ello, tenemos que ver una necesidad fundamental, a saber: la capacidad de discernimiento.
(Manejo de la iglesias por parte de los ancianos, El, capítulo 7, por Witness Lee)