Manejo de la iglesias por parte de los ancianos, El, por Witness Lee

I. UNA META CON TRES ÁREAS DE SERVICIO

A. La única meta

No importa dónde se encuentre la iglesia en esta tierra, ella tiene una sola meta: ser un testimonio de Cristo y expresar a Cristo entre la humanidad. Cuando Cristo vive y se expresa por medio de Su pueblo, tenemos el testimonio de la iglesia. Ésta es la meta por la cual la iglesia existe en la tierra hoy. La razón por la cual Dios desea obtener una iglesia en el universo es que ella exprese a Cristo de esta manera. La razón por la cual Dios establece iglesias en todas las localidades es que Cristo sea expresado por medio de los santos en estas localidades. Ésta es la meta de la iglesia. Asimismo ésta es la meta de la administración de la iglesia por parte de los ancianos.

Los ancianos deben comprender que el hecho de que nos reunamos aquí no representa ninguna verdad en particular ni ningún movimiento del cristianismo. Entre todas las organizaciones del cristianismo, algunas representan la verdad del bautismo, por lo que se autodenominan la Iglesia Bautista. Otros representan el movimiento pentecostal, por lo que se hacen llamar pentecostales. Pero, hermanos, no tenemos ninguna de esas intenciones aquí. En vez de ello, nosotros, por la misericordia del Señor, deseamos recobrar el testimonio de la iglesia sobre la tierra. Lo único que queremos es que Dios tenga misericordia de nosotros y recobre el testimonio de la iglesia, a fin de que el Hijo de Dios, nuestro glorioso Cristo, sea expresado. Las iglesias en todo lugar deben mantener un solo testimonio y recalcar una sola meta, la cual es que Cristo viva y se exprese entre los hermanos y hermanas.

B. Las tres áreas de servicio

Con base en nuestras experiencias y nuestro conocimiento respecto a la verdad de las Escrituras, hemos visto claramente a través de nuestra práctica que el servicio práctico en la iglesia tiene tres áreas:

La primera es la predicación fervorosa del evangelio. A fin de que la iglesia en la tierra exprese al Hijo de Dios, no puede descuidar la predicación del evangelio. La iglesia tiene que predicar el evangelio del Hijo de Dios a los pecadores que están en tinieblas. Si el testimonio de la iglesia ha de ser fortalecido y edificado, debemos tener la predicación del evangelio para traer nuevas almas. En el servicio del evangelio, la iglesia debe tener celo, y debe ser poderosa y eficaz.

La segunda es el perfeccionamiento de los santos. Cuando las personas son salvas y conducidas a la iglesia, enseguida deben empezar a ser perfeccionadas. Por supuesto, el perfeccionamiento abarca muchas cosas. Incluye cosas tales como ayudarlas a que amen al Señor, tomen medidas en cuanto a su pasado, se consagren delante del Señor, aprendan a estudiar la Biblia, orar, contactar al Señor y a avanzar en la vida divina. Éstos son los cuatro niveles de la vida espiritual en los cuales hemos sido adiestrados en el pasado.

La tercera es el servicio. No sólo tenemos que perfeccionar a los que son salvos, sino que tenemos que conducir a estas personas salvas y perfeccionadas a la iglesia y ayudarlas a servir de manera práctica.

Cuando combinamos estas tres cosas, tenemos la edificación de la iglesia. Por un lado, tenemos la predicación del evangelio. Por otro, tenemos el perfeccionamiento de los santos. Después de esto ustedes deben reunir a estas personas salvas y perfeccionadas para que sirvan. De este modo, la iglesia será edificada en una localidad. Por medio de la edificación de estas tres áreas de servicio, la meta gloriosa de Dios se logrará, y Cristo será expresado. Éste es el testimonio de la iglesia, y es la meta de Dios en cuanto a la iglesia.

El hecho de que los ancianos administren la iglesia y velen por ella gira en torno a esta meta y a estas tres áreas de servicio. Ésta es la esfera de la administración de los ancianos. Todo lo que los ancianos hagan, por mucho que sea, a la postre todo ello está relacionado con el evangelio, con el perfeccionamiento o con el servicio. Estos tres asuntos en conjunto producen la edificación, cuya realización cumple la meta de Dios.

(Manejo de la iglesias por parte de los ancianos, El, capítulo 11, por Witness Lee)