VII. LOS LÍMITES EN CUANTO
A LOS ASUNTOS PRÁCTICOS
Los ancianos deben también reconocer el límite en cuanto a los asuntos prácticos. Hay ciertos asuntos en los cuales los ancianos no deben intervenir, pues una vez que intervienen, traspasan un límite. Hay otros asuntos que los ancianos deben considerar, porque están dentro de su jurisdicción. Muchas veces recibo cartas de hermanos y hermanas que han salido a otros lugares. Cuando las leo, mi impresión es que ellos ciertamente tienen un buen corazón y que están a favor del Señor, de Su obra, y aún más a favor de Su iglesia. Pero la manera en que las cartas se escriben me muestra que realmente no ven ningún límite, por lo que mezclan todas las relaciones y no hacen una distinción clara en cuanto a nada. Esto fácilmente puede causar problemas en la iglesia.
La iglesia es una entidad duradera. No es que existe hoy y desaparece el día de mañana. No aparece por un tiempo y después pasa en un instante. No, la iglesia estará aquí en la tierra permanentemente. Si el Señor tarda Su venida, es probable que ella todavía esté aquí en cincuenta u ochenta años. Si una persona llega a ser un anciano a la edad de cuarenta o cincuenta, él al menos será un anciano por otros diez o veinte años. Si usted no puede distinguir los límites en cuanto a los asuntos prácticos, con el tiempo se producirá toda clase de confusión. Por lo tanto, ustedes deben siempre aprender a trazar una línea clara de separación en todos los asuntos prácticos.
Recordemos que cuanto más clara sea la línea de separación que ustedes tracen, más sólida será la unidad y coordinación de la iglesia. Sólo así la edificación de la iglesia será conducida por buen camino. Debido a que los ancianos han aprendido las lecciones apropiadas de trazar los límites en cuanto al tiempo, el espacio y los asuntos prácticos, ellos sabrán a quién le corresponde cada asunto. Cada vez que les informen de ciertas cosas, ellos enseguida dirán: “Ese asunto les corresponde a los hermanos. Por ahora no intervengamos”. Es posible que después les presenten otros asuntos, y ellos puedan inmediatamente trazar una línea clara y decir: “Ese asunto les corresponde a las hermanas. Nuevamente, no hagamos nada por ahora”. Más tarde, quizás les presenten otros asuntos, y ellos rápidamente tracen una línea y digan: “Esto tiene que ver con la obra del Señor; así que tiene que ver con el ministerio”, o “Esto tiene que ver con los colaboradores”. Sólo cuando usted claramente trace la línea en los asuntos prácticos, podrá saber qué cosas están dentro de la jurisdicción de los ancianos. Sólo entonces podrá establecer una separación y discernir todas las cosas según el límite de la verdad. Entonces sabrá si cierto asunto ha contradicho la verdad o si está dentro de los límites de la verdad. De este modo, sabrá si debe tratar un asunto. De lo contrario, usted siempre acabará haciendo lo que no debe hacer. Todas estas cosas tienen que ver con el entendimiento que usted tenga.
(Manejo de la iglesias por parte de los ancianos, El, capítulo 9, por Witness Lee)