X. LOS LÍMITES ENTRE
LA IGLESIA Y LAS DENOMINACIONES
La distinción entre la iglesia y las denominaciones es también otro tema muy amplio. Simplemente les diré esto con franqueza: en el cristianismo hay unas cuantas cosas que pueden darnos dolores de cabeza. Una de ellas es la afirmación de que todas las iglesias son más o menos lo mismo. En algunos lugares incluso los ancianos de la iglesia dicen esto. Cada vez que escucho esto, les digo sin rodeos a estos hermanos: “Si todas las iglesias son más o menos lo mismo, ¿por qué vino usted aquí para ser un anciano?”. Ellos quizá digan: “Porque ésa fue la dirección del Señor, y también fue algo dispuesto por los hermanos. Yo no pude negarme. Pero para mí todas las iglesias son más o menos lo mismo”. ¡Oh, hermanos, un anciano jamás puede decir que todas las iglesias son “más o menos lo mismo”! Si la respuesta es sí, diga que sí; y si es no, diga que no; pero nunca diga que todas las iglesias son “más o menos lo mismo”. Si todas las iglesias fuesen más o menos lo mismo, no deberíamos empezar otro grupo para que se sume a tantos otros grupos que hay. Los ancianos entre nosotros que asumen la responsabilidad en las diversas iglesias locales deben decir que la diferencia es muy vasta. ¿Qué es una iglesia, y qué es una denominación? Éste es un límite de crucial importancia.
A algunos les resulta muy difícil aceptar estas palabras. Cuando oyen esto, se sienten muy incómodos. Pero quisiera decirles humildemente a los hermanos y hermanas que todos los que encuentran difícil oír estas palabras son los que sufren pérdida. Si usted no puede ver la diferencia entre la iglesia y las denominaciones, usted mismo será el primero en sufrir. El sufrimiento de la iglesia será secundario.
No podemos decir jamás que una denominación sea la iglesia. Lo único que sí podemos decir es que dentro de esas denominaciones están nuestros hermanos y hermanas, y personas que son parte de la iglesia. Ellos son elementos de la iglesia; son miembros del Cuerpo de Cristo. Pero no podemos decir que una denominación sea la iglesia. De lo contrario, usted encontrará extremadamente difícil tomar la delantera en la iglesia. Espero que todos los hermanos responsables en todas las iglesias locales tengan claro este asunto. También espero que ninguno que esté confundido en cuanto a esto sea nombrado anciano, porque esto causará dificultades en la administración en el futuro. Podemos afirmar que este asunto da origen a muchísimos problemas. A fin de administrar la iglesia, debemos ver aquí una distinción. Hoy en día todos podemos ver la diferencia entre la Iglesia Católica y las iglesias protestantes, pero no debemos detenernos ahí. Además de esto, debemos ver la diferencia que existe entre las diversas denominaciones y las iglesias que el Señor ha establecido en cada localidad de la tierra. Debemos tener muy claro el límite en cuanto a este asunto, o evitar hablar de la administración de la iglesia.
(Manejo de la iglesias por parte de los ancianos, El, capítulo 9, por Witness Lee)