ASIRNOS A LA VERDAD
Efesios 4:15 dice: “Asidos a la verdad en amor, crezcamos en todo en aquel que es la Cabeza, Cristo”. Después que el versículo 14 habla de las artimañas de los hombres, la astucia y un sistema de error, el versículo 15 habla de estar “asidos a la verdad”. El versículo 15 dice que nosotros debemos asirnos a la verdad porque la situación de la que se nos habla en el versículo 14 no es apropiada.
¿Qué es la verdad? La verdad es Dios mismo manifestado en la carne, Dios hecho carne. Asirnos a la verdad es estar asidos al hecho de que Dios fue manifestado en la carne. Si la predicación de un hermano es inspiradora pero no hace que las personas contacten a Cristo, debemos rechazarla por atractiva que sea. Asirnos a la verdad significa que sólo queremos una sola clase de predicación, la cual es Dios manifestado en la carne; eso es lo que significa asirnos a la verdad en amor. A fin de hacer frente a los vientos de enseñanza, debemos asirnos a la verdad, la cual es la manifestación de Dios en la carne.
Alguien una vez me presentó un libro acerca de la restauración de la nación judía durante cierto período de tiempo en la tierra de Judea. Cuando leí este libro por primera vez, me pareció muy importante lo que decía; pero, de hecho, aun este libro puede ser peligroso, pues puede convertirse en un viento de enseñanza, porque es posible que yo no permanezca en comunión con Cristo mientras lo estudio. Aunque no contiene ninguna herejía, puede ser utilizado por Satanás como un viento de enseñanza que desvía a las personas y no las lleva a asirse de la verdad.
La palabra verdad se usa en el Antiguo Testamento pero no con la misma frecuencia que en el Nuevo Testamento. En el Nuevo Testamento, la palabra verdad no se refiere simplemente a la doctrina sino a Dios hecho carne. La verdad es la realidad, la cual vino por medio de Jesucristo (Jn. 1:17). Esta persona encarnada dijo: “Yo soy [...] la realidad” (14:6). El apóstol Juan es el que más habla de la verdad. La palabra verdad en la Biblia es un sustantivo particular que específicamente se refiere al asunto de Dios hecho carne. La palabra griega traducida verdad denota realidad, no doctrina. Dios es real; si quitáramos a Dios del universo, todo sería vanidad.
Cuando una pareja está por casarse, prepara una cámara nupcial. Si el novio y la novia no estuvieran allí el día de la boda, la cámara nupcial sería vana. La realidad de la cámara nupcial depende del novio y la novia. No olviden que Dios es la realidad del universo; sólo el Dios que se hizo carne es real. Una persona que no ha sido salva carece de realidad, pero cuando es salva y recibe a Dios, la realidad entra en ella. Entonces está llena de realidad. Asimismo, hoy en día muchos santos están llevando una vida que no es real porque ellos no tienen ninguna realidad en su vivir. Sólo Dios es real; asirnos a la verdad no significa asirnos a las doctrinas de la Biblia, sino a que Dios fue manifestado en la carne. Hablando con propiedad, en el sentido más estricto, asirnos a la verdad significa asirnos al hecho de la manifestación de Dios en la carne.
En el pasado cuando llegaban a mis manos libros que explicaban las profecías, yo tenía la intención de estudiarlos, pero también en mi interior percibía que debía asirme a la verdad. Como resultado, rechazaba dicho deseo. Debemos predicar solamente a Cristo y la cruz. “Porque los judíos piden señales, y los griegos buscan sabiduría; pero nosotros predicamos a Cristo crucificado” (1 Co. 1:22-23). Algunos predican señales, pero nosotros predicamos a Cristo; algunos predican sabiduría, pero nosotros predicamos a Cristo crucificado. Si yo fuera un avivador, podría ir a muchos lugares a dar mensajes en campañas de avivamiento, donde muchos podrían sentirse conmovidos y al mismo tiempo no contactar a Cristo. Por lo tanto, ¿de qué serviría escuchar tales mensajes? Debemos asirnos a la verdad y no caer en la astucia y las artimañas del maligno. No debemos ser conducidos a un sistema de error ni ser sacudidos por vientos de enseñanza. Un viento de enseñanza puede ser una doctrina saludable o incluso una doctrina bíblica, pero no es la verdad porque no les muestra a las personas que el Hijo de Dios está en ellas como vida y que el Cristo que está en ellas es su todo.
(
Cómo administrar la iglesia, capítulo 5, por Witness Lee)