LA IGLESIA ES COLUMNA
Y FUNDAMENTO DE LA VERDAD
Según 1 Timoteo 3:15, la casa de Dios es la iglesia del Dios viviente, columna y fundamento de la verdad. La iglesia es la casa del Dios viviente, y la iglesia es también columna y fundamento de la verdad. Primero necesitamos ver a qué se refiere la palabra verdad en este versículo, puesto que es un asunto de suma importancia. La verdad de la cual nos habla este versículo corresponde a la frase “Él fue manifestado en la carne”, que aparece en el versículo siguiente. Juan 1:1 dice: “En el principio era la Palabra, y la Palabra estaba con Dios, y la Palabra era Dios”. Luego el versículo 14 dice a continuación: “Y la Palabra se hizo carne, y fijó tabernáculo entre nosotros..., llena de gracia y de realidad [la verdad]”. Sabemos que esta verdad se hizo carne, porque el versículo 17 dice: “La gracia y la realidad [la verdad] vinieron por medio de Jesucristo”. Juan 14:6 dice: “Yo soy [...] la realidad [la verdad]”. Éste es el Dios que creó todas las cosas y que se hizo carne. Por lo tanto, la palabra verdad aquí se refiere al Dios que entra en el hombre.
La verdad es Dios manifestado en el hombre; la unión de Dios con el hombre es la verdad. Alguien podría preguntar: “¿Por qué la verdad es la unión de Dios con el hombre?”. No debemos decir que Dios es la verdad; más bien, la verdad es Dios que se hizo carne y entró en el hombre, porque si Dios no se añade, todas las cosas creadas son postizas y vacías. Por ejemplo, una lámpara eléctrica sin la electricidad es postiza y vacía. Es sólo cuando la electricidad entra en la lámpara eléctrica que ésta puede ser real y verdadera. Dios es la realidad de todas las cosas, así como la electricidad es la realidad de la lámpara eléctrica. La electricidad misma no necesita llegar a ser real, porque ya lo es. Asimismo, nuestro espíritu y nuestra alma son la realidad de nuestro cuerpo, el cual es como un cascarón; si nuestro espíritu y nuestra alma partieran, nuestro cuerpo sería una falsedad. Dios tiene que entrar en los seres humanos para que ellos puedan tener la realidad en su interior. Por lo tanto, la verdad se refiere al hecho de que Dios entre en el hombre, es decir, a que el Creador entre en Sus criaturas. Esto es llamado la verdad, la cual es la manifestación de Dios en la carne.
La verdad de Dios manifestado en la carne es la verdad que la iglesia sostiene. La iglesia es columna y fundamento de esta verdad. La iglesia es sumamente importante; Dios manifestado en la carne es un asunto de gran trascendencia. La Biblia dice: “Grande es el misterio de la piedad” (1 Ti. 3:16). Este asunto tan importante es lo que la iglesia sostiene. La iglesia es columna y fundamento de Dios manifestado en la carne, y este asunto necesita ser sostenido por la iglesia. Cuando vemos la iglesia, vemos la manifestación de Dios en la carne. Si la iglesia no está presente, la manifestación de Dios es anulada.
Esto nos recuerda las palabras que el Señor Jesús dijo en Mateo 16:18: “Sobre esta roca edificaré Mi iglesia”. Todos sabemos que Cristo es la roca, el cimiento, sobre la cual la iglesia es edificada. Sin embargo, cuando llegamos a 1 Timoteo, vemos que la iglesia llega a ser el fundamento de la manifestación de Dios en la carne. Este hecho, este misterio, está a cargo enteramente de la iglesia. La iglesia es columna y fundamento de esta verdad. Una columna denota apoyo, lo cual podemos ver en las vigas de una casa, las cuales son sostenidas por las columnas. Sin embargo, con respecto a la verdad de Dios manifestado en la carne, la iglesia no es solamente columna de ello sino también fundamento. Esto nos muestra que la iglesia sostiene y presenta el asunto de la manifestación de Dios en la carne a todo el universo, en tiempo y espacio. Dios le ha confiado este misterio a la iglesia. Si vemos esto, confesaremos que la administración de la iglesia es un asunto de gran trascendencia.
Todos los que servimos a Dios en la iglesia, todos los que laboramos para el Señor, todos los que predicamos el evangelio y todos los que administramos la iglesia debemos permitir que el Señor nos lleve a una esfera tan elevada en la que podamos ver que la iglesia es columna y fundamento de la verdad, y que ella sostiene este hecho: la manifestación de Dios en el universo. Éste es un asunto muy grande y misterioso. Sin esta visión, no sabremos lo que estamos haciendo. Debe llegar el día en que nuestros ojos sean abiertos y veamos que la iglesia a la cual servimos y la cual administramos reviste gran importancia; sólo entonces sabremos lo que estamos haciendo. ¡Lo que hacemos es demasiado grande y misterioso!
(
Cómo administrar la iglesia, capítulo 1, por Witness Lee)