LA IGLESIA ES PRODUCIDA
MEDIANTE LA RESURRECCIÓN DE CRISTO
La iglesia es producida mediante la resurrección de Cristo (Ef. 1:20). Cristo salió de la muerte por medio del poder de la resurrección; la iglesia es producida como resultado de Su resurrección. La resurrección consiste en que la vida infinita de Dios fuese liberada de la cáscara de la humanidad creada en la cual Cristo entró. Cuando Él se encarnó, entró en una cáscara creada, y la vida ilimitada que estaba en Él quedó restringida en esta cáscara creada. Por consiguiente, en Lucas 12:50 el Señor dijo: “De un bautismo tengo que ser bautizado; y ¡cómo me angustio hasta que se cumpla!”. Antes de pasar por la experiencia de la muerte, Él estaba bajo presión, pues cuando entró en la cáscara creada, la vida infinita que estaba en Su interior quedó restringida.
El Señor Jesús entró en la muerte a fin de que, por medio de la muerte, la vida ilimitada e infinita que estaba en Él pudiera salir de Su cáscara creada. Éste es el significado de ser resucitado de entre los muertos. Salir de la muerte hace posible que la vida sea liberada (Jn. 12:24). En el pasado, esta vida estaba en Dios. Luego, por medio de la encarnación esta vida entró en una persona creada. Esta persona creada era Jesús nazareno; Él llegó a ser un grano de trigo. Luego murió y resucitó para que la vida infinita pudiera salir de Su cáscara finita. Por medio de la muerte y la resurrección, Su vida entró en muchas personas creadas, incluyendo a Pedro, a Jacobo, a Juan e incluso en usted y en mí. Por consiguiente, Su resurrección produjo la iglesia.
La producción de la iglesia se basa en la muerte y la resurrección de Cristo. La iglesia es una entidad que ha pasado por la muerte y la resurrección. El significado central de la muerte y la resurrección es que la vida de Dios, la cual entró en una de Sus criaturas, ha sido liberado y ha entrado en aún más de Sus criaturas. Además de esto, hay otro significado de la muerte y la resurrección. La muerte libera al hombre de todo lo de la vieja creación, y la resurrección introduce al hombre en la nueva creación, en la vida de Dios (2 Co. 5:17; Gá. 6:15). Todo lo de la vieja creación, que es natural, contaminado y caído, ha sido completamente eliminado por medio de la muerte de Cristo. Es por eso que decimos que la muerte de Cristo libera al hombre de todo lo de la vieja creación, y la resurrección de Cristo lo introduce en la gloriosa vida de Dios. Es esta vida gloriosa la que produce la nueva creación.
Esto nos muestra que todo lo que no haya pasado por la muerte pertenece a la vieja creación y es natural. Sin embargo, lo que pertenece a la resurrección es la vida de Dios, se halla en la vida de Dios y ha entrado en la gloriosa vida de Dios (Lc. 24:26; Jn. 1:13; 3:15). La iglesia es producida por medio de la muerte y resurrección de Cristo. Por lo tanto, la iglesia no se halla en la vida natural ni en la vieja creación, sino en la vida de Dios y en la nueva creación.
(
Cómo administrar la iglesia, capítulo 2, por Witness Lee)