Cómo administrar la iglesia, por Witness Lee

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LA EDIFICACIÓN DEL CUERPO DE CRISTO EN EFESIOS 4

Aunque Efesios 4:11-16 no es un pasaje fácil de estudiar, tiene una estructura muy clara. En este pasaje, Pablo habla de cómo Cristo produjo la iglesia y dio dones a la iglesia después de Su resurrección y ascensión. Estos dones son los apóstoles, los profetas, los evangelistas, y los pastores y maestros, mencionados en el versículo 11. El Señor dio estas personas dotadas a la iglesia. La iglesia es producida con base en la resurrección y ascensión de Cristo. Sin embargo, a fin de que el Señor ascendido pueda producir y edificar la iglesia en la tierra, Él necesita de un grupo de personas, las cuales son dones. Debemos leer el capítulo 4 junto con el capítulo 1. Los versículos 22 y 23 al final del capítulo 1 indican que la iglesia es producida por medio de la ascensión de Cristo; luego el capítulo 4 muestra que después de Su ascensión Cristo produce, establece y edifica la iglesia al darle diferentes dones.

Vemos un cuadro muy claro de esto en el día de Pentecostés. Después de ascender al cielo y sentarse en el trono de gloria, el Señor, quien murió y resucitó, produjo la iglesia. La Cabeza celestial no produjo la iglesia directamente, sino por medio de los doce apóstoles que estaban en la tierra y los ciento veinte (Hch. 1:15; 2:1-4). Además de éstos, había profetas, evangelistas, y pastores y maestros. Cristo, la Cabeza, equipó a todos éstos y los dio en calidad de dones a la iglesia; más tarde, tres mil o cinco mil fueron salvos y ellos llegaron a ser la iglesia en Jerusalén (vs. 41; 4:4). Esto muestra que por medio de estas personas dotadas —los apóstoles, los profetas, los evangelistas, y los pastores y maestros— la Cabeza produjo la iglesia. Así que, por un lado, la iglesia fue producida por la Cabeza, por otro, la iglesia fue producida indirectamente por la Cabeza, pues la Cabeza produjo la iglesia por medio de las personas dotadas.

Cristo, la Cabeza, dio estos dones para el perfeccionamiento de los santos (Ef. 4:11-12). En la versión Chinese Union, el versículo 12 dice: “A fin de perfeccionar a los santos, [para que] cada uno cumpla la obra de su ministerio, [para] la edificación del Cuerpo de Cristo”. Con base en esta traducción, algunos creen que la frase para que cada uno cumpla la obra de su ministerio, se refiere a que las personas dotadas del versículo 11 cumplan la obra de su ministerio para el perfeccionamiento de los santos. Ellos no creen que esto se refiere a que las personas dotadas perfeccionan a los santos para que cada uno de éstos lleve a cabo la obra del ministerio. Así que, hay una gran controversia en torno a este punto. Los que están en la Iglesia Católica tal vez piensen que este versículo se refiere a que cada una de las personas dotadas realice su respectiva obra de perfeccionar a los santos. Es por ello que la Iglesia Católica tiene el papa, los obispos, los sacerdotes y los monjes, de los cuales cada uno realiza su respectiva obra a fin de edificar la iglesia. Según la traducción de la versión Chinese Union, podría haber dos interpretaciones. Si la frase para que cada uno cumpla la obra de su ministerio se refiere a las personas dotadas, el sistema católica es el correcto. Pero en realidad, la traducción de la versión Chinese Union más bien se inclina a que cada uno de los santos lleve a cabo la obra del ministerio, porque el versículo 16 dice a continuación: “Por todas las coyunturas del rico suministro y por la función de cada miembro en su medida, causa el crecimiento del Cuerpo para la edificación de sí mismo en amor”. En este versículo, la frase todas las coyunturas del rico suministro se refiere a las personas dotadas, mientras que la frase cada miembro se refiere a cada uno de los santos como miembros del Cuerpo.

Según este pasaje de la Biblia, los obreros del Señor no deben reemplazar a los santos en el servicio de la iglesia. En algunas iglesias, los obreros han estado reemplazando a los santos en el servicio por muchos años. Aunque estas iglesias han sido libradas del terreno de las denominaciones, tienen colaboradores que reemplazan a los santos y realizan todo el servicio por los santos. En la denominación bautista hay pastores, predicadores, ancianos y diáconos, pero, en general, casi todos los servicios están bajo el control de los pastores y los predicadores. Usemos como ejemplo la junta directiva de una escuela. Cuando una escuela tiene una necesidad especial, los miembros de la directiva convocan una reunión; sin embargo, los asuntos generales de la escuela por lo general están a cargo del director de la escuela y de los maestros. En el protestantismo, los pastores y predicadores son como el director y los maestros de una escuela, y los ancianos y diáconos son equivalentes a los miembros de la junta directiva. Sin embargo, esto no es lo que la Biblia nos revela. La Cabeza dio dones a la iglesia, pero estos dones no deben reemplazar a los santos en el servicio. Por consiguiente, los colaboradores deben ver claramente delante del Señor que no deben servir de modo que reemplacen a los santos.

Éste es el principio. El servicio de los colaboradores en las iglesias no debe reemplazar el servicio de los santos. La Cabeza dio dones a la iglesia, pero Su intención no es que ellos reemplacen a los santos. En vez de ello, Su intención es que las personas dotadas laboren en la iglesia al grado en que todos los santos en la iglesia se levanten a servir. Las personas dotadas no deben reemplazar a los santos sino perfeccionarlos, de modo que cada uno de ellos pueda desempeñar su función. Es preciso que veamos en este pasaje de la Palabra que Cristo, la Cabeza, da dones a fin de que la iglesia sea edificada mediante el perfeccionamiento de los santos, de modo que los que no saben servir, aprendan a servir, y los que no saben laborar, aprendan a laborar. Es por ello que Efesios 4:12 dice: “A fin de perfeccionar a los santos para la obra del ministerio, para la edificación del Cuerpo de Cristo”. Este versículo incluye la obra que realizan las personas dotadas y su resultado, esto es, que los creyentes lleven a cabo la obra del ministerio. También incluye el propósito por el cual las personas dotadas perfeccionan a los santos y el fruto producido al llevar a cabo los santos la obra del ministerio. El resultado de estos dos niveles de servicio es el Cuerpo de Cristo.

La obra de las personas dotadas consiste en perfeccionar a los santos. Al final, es posible que algunos santos lleguen a ser ancianos y otros lleguen a ser diáconos como parte de la obra de perfeccionamiento que realizan las personas dotadas. Aquellos que son enviados directamente por el Señor son las personas dotadas mencionadas en el versículo 11. Estas personas dotadas —los apóstoles, los profetas, los evangelistas, y los pastores y maestros— laboran en la iglesia con el propósito de perfeccionar a los santos, a fin de que cada uno de ellos sea capaz de cumplir la obra del ministerio. Por ejemplo, la labor de los evangelistas consiste en ganar creyentes como el material de edificación útil para la iglesia. Después que se obtiene este material, los pastores y maestros necesitan cumplir la labor de pastorear y enseñar, a fin de que el material pueda ser útil, es decir, a fin de que los creyentes puedan servir en la iglesia. Por consiguiente, las personas dotadas coordinan juntas para perfeccionar a los santos, a fin de que cada santo pueda llevar a cabo la obra del ministerio. Una vez que los creyentes sean perfeccionados y hayan crecido en vida, los que pueden servir como ancianos serán nombrados ancianos, y los que se ocupan de los asuntos prácticos de la iglesia y se complacen en servir a los santos serán nombrados diáconos. De esta manera, por medio del perfeccionamiento efectuado por las personas dotadas, todos los santos realizarán la obra del ministerio y, finalmente, el Cuerpo de Cristo será edificado.

La edificación del Cuerpo de Cristo es el resultado de una labor doble: el resultado de la labor que realizan las personas dotadas y el resultado de los santos que han sido perfeccionados. El resultado de la labor de las personas dotadas puede ser considerado indirecto, mientras que el resultado de los santos que han sido perfeccionados es directo. La edificación del Cuerpo de Cristo requiere, por un lado, de la labor de las personas dotadas y, por otro, de que los santos lleven a cabo la obra del ministerio. El resultado de la obra de estos dos grupos en conjunto es el Cuerpo de Cristo. Cristo, la Cabeza, da las personas dotadas a la iglesia, y luego éstas perfeccionan a los santos en la iglesia para que desarrollen su función, de modo que cada uno realice la obra del ministerio para la edificación del Cuerpo de Cristo. En lo que se refiere a la edificación del Cuerpo de Cristo, la obra que realizan las personas dotadas es indirecta, mientras que la obra que realizan los santos es directa.

(Cómo administrar la iglesia, capítulo 3, por Witness Lee)