Cómo administrar la iglesia, por Witness Lee

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LA META DEL PLAN DE DIOS Y LA OBRA ANULADORA DE SATANÁS

Efesios 4:13 dice: “Hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del pleno conocimiento del Hijo de Dios, a un hombre de plena madurez, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo”. Esto significa que debemos ayudar a los santos a que conozcan al Hijo de Dios a tal grado que la iglesia llegue a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo. Debemos prestar atención al pleno conocimiento del Hijo de Dios y a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo. Ésta es la meta del plan eterno de Dios y el propósito de Su obra. Una vez que Su voluntad se lleve a cabo, el propósito de Dios en cuanto al universo se cumplirá. Por consiguiente, no debemos pasar por alto este punto. El pleno conocimiento del Hijo de Dios y llegar a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo en la iglesia son asuntos extremadamente cruciales y elevados. Debemos ver esto en el servicio que le rendimos a Dios en la iglesia. Ésta es la meta que Dios desea alcanzar en Su creación y en la iglesia de eternidad a eternidad.

En Efesios 4:14 encontramos muchas distracciones, entre las cuales están la astucia de Satanás, sus artimañas y su sistema. Los que tienen experiencia en la guerra espiritual conocen la sutileza de Satanás. En este versículo, los que caen en la astucia de Satanás son niños, aquellos que son inmaduros en vida. Si somos inmaduros en la iglesia, en algún momento seremos engañados. La enseñanza de Satanás es dada “en las artimañas de los hombres”. La palabra hombres aquí se usa de modo simbólico; de hecho, el énfasis aquí no son los hombres sino el adversario de Dios, Satanás.

Los versículos 12 y 13 muestran cómo el Espíritu Santo opera por medio de los dones para que podamos llegar a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo y así cumplir el propósito eterno de Dios, y el versículo 14 revela la obra anuladora de Satanás en la iglesia. Por un lado, se halla la obra de edificación de Dios y, por otro, la obra anuladora de Satanás. Dios está haciendo que la estatura de Cristo crezca hasta su plena medida en la iglesia mediante el perfeccionamiento de los santos efectuado por las personas dotadas, pero Satanás también tiene un sistema y una maquinación, y está realizando una obra anuladora en la iglesia. El propósito de su obra es conducir a las personas a un sistema de error. Por lo tanto, no debemos tratar con ligereza las expresiones que se hallan en el versículo 14, como artimañas, astucia y sistema de error; en vez de ello, debemos reflexionar mucho acerca de ellas. Sólo cuando dediquemos el tiempo suficiente para estudiar estos versículos entenderemos lo que el Espíritu Santo nos quiere comunicar.

La obra que Satanás realiza en la iglesia proviene del sistema, plan y propósito de su confabulación, la cual consiste en conducir al hombre a un sistema de error mediante artimañas y astucia. Él lleva a cabo su maligna confabulación mediante los vientos de enseñanza. Debemos entender que los vientos de enseñanza han sido extensamente usados por Satanás en la iglesia; esto es algo muy serio. Efesios 4:12-13 revela que la obra que Dios realiza en la iglesia tiene como fin que el hombre conozca a Su Hijo y que la medida de la estatura de la plenitud de Cristo aumente en la iglesia; ésta es la meta eterna de Dios. Sin embargo, el versículo 14 muestra que el astuto, Satanás, conduce al hombre a un sistema de error mediante su astucia y artimañas y mediante los vientos de enseñanza. Es preciso que todos veamos este asunto.

Cristo es la meta de Dios, Él es el centro de la obra de Dios. Dios desea forjar a Cristo en el hombre, y esta clase de obra se lleva a cabo por medio de la cruz. Por la gracia de Dios, hemos venido realizando esta obra. Tenemos que confesar que esto no es algo que proviene de la imaginación o preferencia humana; más bien, es algo que el Espíritu nos ha motivado a hacer.

Nuestra carga es mostrar a los santos que el perfeccionamiento de los santos, como se menciona en Efesios 4:12, tiene como fin que los hijos de Dios conozcan a Cristo, el Hijo de Dios, y que aumente en la iglesia la medida de la estatura de la plenitud de Cristo. Sin embargo, mientras servimos en las iglesias, es posible que demos mensajes que se originan en nosotros mismos. Ésta es la obra que el maligno, el astuto, realiza conforme a su maquinación y su sistema. Él pone en nuestra mente muchos mensajes atractivos, los cuales, aunque son interesantes, inspiradores y encantadores, no tienen a Cristo como centro ni la vida del Hijo de Dios como su contenido. Dichos mensajes son vientos de enseñanza producidos por las artimañas de Satanás, los cuales alejan a los santos de Cristo. De este modo, la obra de Dios es completamente anulada.

(Cómo administrar la iglesia, capítulo 5, por Witness Lee)