Pastorear a la iglesia y perfeccionar a los jóvenes, por Witness Lee

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CAMBIAR NUESTRO CONCEPTO Y APRENDER A ENSEÑAR A OTROS

Hay diferentes formas de enseñar. Por ejemplo, una madre china enseña a su hijo de una manera distinta que una madre americana. Conozco una familia china que tiene tres hijas. Debido a que la madre sentía que ninguna de sus hijas sabía cómo hacer tareas domésticas, ella hacía todas las tareas. Las familias americanas son distintas. Desde temprana edad los niños aprenden a hacer tareas. Tan pronto como un niño aprende a caminar, sus padres le enseñan a hacer tareas. De generación en generación ellos han enseñado a sus hijos de esta manera. Los padres chinos no saben cómo enseñar a sus hijos, pues ellos mismos no fueron enseñados. En los Estados Unidos los hijos hacen tareas desde su juventud. A los hijos se les enseña cómo traer el periódico. A medida los hijos van creciendo, se les enseña cómo regar las flores. Inicialmente quizás los niños hagan un desorden en el jardín. Sin embargo, luego de varias veces ellos encuentran la manera apropiada de regar las flores. Para el tiempo en que los niños tienen siete u ocho años de edad, se les enseña a barrer el piso o pasar la aspiradora. Incluso a los hijos se les enseña cómo poner la mesa para una comida. Ellos colocan servilletas, platos, cuchillos y tenedores en la mesa. En otras palabras, todos los niños tienen tareas para hacer.

En algunos hogares la madre tiene que ir a trabajar en la mañana, así que les deja una nota a sus hijos indicándoles lo que deben hacer. Por ejemplo, les manda a asearse, desayunar, vestirse e ir a la escuela. Cuando la madre regresa al hogar en la tarde, verificará si los hijos hicieron lo que se les dijo. A los niños se les enseña de esta manera desde una temprana edad. Lavar los platos es otro ejemplo. Después de la cena usualmente hay muchos trastes. La madre preparará agua con jabón y permitirá que un hijo de mayor edad lave los platos, los tenedores y los cuchillos. Un hijo menor es responsable de secarlos. Otro hijo tiene que colocar todo en su lugar designado. Conforme a sus edades, a los niños se les asigna tareas. A cada niño se le asigna un trabajo específico. Esto ahorra tiempo y es muy ordenado. Los niños hacen sus tareas sin ningún ruido ni confusión. Esta clase de entrenamiento es muy bueno. Los padres americanos saben cómo hacer las cosas y saben cómo enseñar a sus hijos. En contraste, los padres chinos no les enseñan a sus hijos y muchas veces reprenden a los hijos por cometer errores. Nuestra obra trae consigo el mismo sabor. Tenemos que dar un giro completo. Comenzando a partir de las cosas más sencillas, tenemos que enseñar a los santos. Debemos tener un cambio.

Algunos hermanos dijeron que la situación cambiaría si guiáramos a los santos a orar y tuviéramos un avivamiento. Este método podría ser útil por un corto periodo de tiempo, pero no será útil a largo plazo. Muchos cristianos tienen reuniones de avivamiento; no obstante, después del avivamiento, el entusiasmo termina. A la postre, los santos todavía no saben cómo hacer las cosas. No estamos grandemente necesitados de tener un avivamiento, pues todos nosotros amamos al Señor y le contactamos a diario. En vez de orar por un avivamiento, necesitamos aprender cómo enseñar a otros. Nuestro aprendizaje depende de si estamos dispuestos a esforzarnos. Debemos aprender de las familias americanas a fin poder hacer las cosas y también enseñar a otros.

(Pastorear a la iglesia y perfeccionar a los jóvenes, capítulo 3, por Witness Lee)