LOS COLABORADORES SE DEBEN ESFORZAR
POR APRENDER Y SER ÚTILES AL SEÑOR
En la actualidad, no tenemos muchos colaboradores que puedan ir al extranjero. Los colaboradores se deben esforzar por aprender en la palabra y en la edificación de la iglesia. Las regiones en el exterior están abiertas a nuestra obra, así que el que enviemos a los colaboradores puede compararse con que enviemos nuestra mercancía. La obra de un colaborador nos afecta a todos, no sólo a él. No debemos “arruinar” la reputación de nuestra mercancía. Cuando los colaboradores vayan al extranjero, deben hacer un mejor trabajo que el que hacen en Taiwán; ellos deben ser capaces de ayudar a las iglesias. Deberíamos ganar la confianza de los santos, y deberíamos ser útiles al Señor.
Todas las iglesias locales necesitan nuestra ayuda, pero no podemos satisfacer la necesidad meramente celebrando una conferencia de dos semanas. Las iglesias también comprenden que este camino no produce resultados. Por tanto, no invitan predicadores ambulantes. Las iglesias han aprendido la lección y comprenden que dar unos cuantos mensajes quizás sea de poco provecho, pero nada se logra después. Todas las iglesias han entrado a la etapa de la edificación. Por tanto, debemos ser diligentes y dedicados, y hacer una obra exhaustiva. Los colaboradores tienen que estar en serio esforzándose por aprender porque la necesidad en el extranjero es grande. Cuando un colaborador se manifieste claramente, podremos enviarle al exterior a laborar. No obstante, debemos hacer esto gradualmente y dar un paso a la vez. Actualmente, hay aproximadamente una docena de colaboradores que pueden ir al extranjero. La mayoría de ellos irá por tres meses, y unos pocos pueden ir por seis meses. Espero que los colaboradores entiendan esta necesidad, que oren por esto y que tengan comunión con los ancianos en las iglesias locales respecto a esto.
(Pastorear a la iglesia y perfeccionar a los jóvenes, capítulo 5, por Witness Lee)