COMUNIÓN EN CUANTO A LA OBRA
DE LOS COLABORADORES
Los colaboradores producen santos útiles
Tenemos que cambiar nuestro sistema. En cuanto nuestro concepto haya cambiado, será fácil cambiar nuestro sistema. En la iglesia la obra de pastorear y alimentar requiere desesperadamente el tiempo y la energía de los ancianos. Ellos deberían ser como padres que se esfuerzan por alimentar a sus hijos. La obra ha decidido sacar a los colaboradores de las localidades, pero estamos preocupados por las iglesias. Las iglesias han dependido muy fuertemente de los colaboradores. Luego de obrar en una iglesia local por tres años, un colaborador debería ser capaz de irse, porque él debe haber levantado santos útiles. No obstante, nuestra práctica no ha consistido en desarrollar a los santos, sino en reemplazarlos. Cuanto más han laborado los colaboradores, más responsabilidades han obtenido, pero otros santos no han sido introducidos para que ejerzan su función. Cuando un colaborador llega a una iglesia local, él no tiene mucha responsabilidad. Sin embargo, después de tres años, todas las responsabilidades en la iglesia están sobre sus hombros. Él lo hace todo mientras que los demás santos no hacen nada; ellos meramente escuchan instrucciones de parte de él. Como resultado, no se entregan responsabilidades a los santos, y los santos no son levantados para llevar la responsabilidad. A la postre, el colaborador no puede irse de la iglesia, pues si se va, la iglesia perderá su soporte. El colaborador ha llegado a ser la única columna en la casa, y cuando la columna es quitada, la casa se derrumba. Un colaborador que se entrega a la obra es una columna, pero él debería añadir otras columnas al edificio de manera gradual. Cuando hay quince columnas en una iglesia local, es tiempo de que el colaborador se vaya. Éste es el principio de nuestra obra.
En un entrenamiento celebrado en 1953, dije que un colaborador debería guiar a los santos, pero que bajo ninguna circunstancia debería reemplazarlos. No obstante, en las iglesias que he visitado, la tendencia de reemplazar a los santos todavía permanece entre nosotros, aún más que la de guiarlos.
Los colaboradores han estado sirviendo en lugar de los santos. Ellos conservan los asuntos en sus manos y dirigen a otros. Si esta situación continúa, los santos en las localidades no sabrán qué hacer cuando los colaboradores se vayan. Esto está mal. Cuanto más obremos, más los santos deberían ser levantados para llevar a cabo la obra.
En 1946 fui guiado por el Señor para ir a Nanjing. En mi primera comunión con los hermanos, dije: “Hermanos, ustedes están contentos de que estoy aquí, y piensan que he venido para ayudarles. No obstante, quiero advertirles de que mientras yo esté aquí, sus responsabilidades no disminuirán. Tengo mucha carga. Cada día, parte de mi carga será transferida a ustedes. Luego de un año, seré librado de mi carga, y toda la carga será de ustedes. Por tanto, no he venido para reemplazarlos; más bien, he venido para darles cargas”. En menos de dos años, todas las responsabilidades de la iglesia en Nan-jing eran llevadas completamente por los hermanos. Ellos tomaron cuidado de todo.
(
Pastorear a la iglesia y perfeccionar a los jóvenes, capítulo 2, por Witness Lee)