CAMBIAR NUESTRO CONCEPTO Y SUMINISTRAR VIDA
El Señor no desea que seamos funcionarios en la iglesia o en la obra; más bien, desea que siempre suministremos vida, así como el aire siempre llena un contenedor. Tenemos que cambiar nuestro concepto, no ser complicados y suministrar vida. Si no tenemos la oportunidad de hablar en una reunión, de todas formas podemos suministrar vida mediante la oración. Ésta es la clase de espíritu que debemos tener en nuestro servicio. Nuestra situación se ha estancado. Cuando el servicio se entrega en manos de los hermanos responsables, queda restringido. Cuando la administración de una iglesia se entrega a los ancianos, la iglesia queda restringida. No deberíamos restringir los asuntos que se nos entregan, ni deberíamos luchar por recibir cosas. Sólo deberíamos esforzarnos por suministrar vida. Si sentimos carga por la obra con los jóvenes, deberíamos servirles diligentemente.
Por favor, perdónenme por hablar con franqueza. Cuando estoy en los Estados Unidos, no solamente sirvo a la iglesia en San Francisco y la iglesia en Los Ángeles. Sirvo a todas las iglesias en los Estados Unidos. Sin embargo, los hermanos en Taipéi sirven en un solo distrito y no pueden viajar. Según nuestra información, sólo hay quinientos o seiscientos santos que asisten a las reuniones con regularidad. Los hermanos deberían poder viajar. No estamos cambiando nuestra manera de proceder. Desde el principio de la obra repetidas veces exhortamos a los colaboradores que viajaran para perfeccionar a los santos en vez de reemplazar a los santos o servir a nombre de ellos.
Hemos obrado por muchos años, mas no tenemos a nadie que pueda continuar después de nosotros. Tenemos que cambiar nuestro concepto y prestar atención al asunto crucial de ministrar la palabra. No necesitamos dar mensajes inútiles; no deberíamos hablar acerca de amar a Dios hoy y negar el yo mañana en base a nuestros caprichos. Necesitamos la línea de la vida, y necesitamos considerar cómo progresar en la obra. Si no podemos producir un mensaje, deberíamos buscar material en nuestras publicaciones. No necesitamos dar mensajes bonitos. Necesitamos mensajes que satisfagan la necesidad actual y que sean un suministro. Todos los que sirven a tiempo completo deberían consagrarse para laborar en la palabra y estudiarla. Es una vergüenza que nosotros dediquemos nuestro tiempo sin rumbo fijo. Algunos colaboradores piensan que pueden lograr algo, pero no lo pueden hacer. Otros colaboradores permanecen dentro de su medida. Son obedientes, pero no han logrado nada. Si cierto distrito tiene cuatro hermanos que sirven a tiempo completo, pero ni suministran vida ni ministran la palabra, no llevan a cabo una obra apropiada. Con cuatro hermanos que sirvan a tiempo completo, muchas cosas pueden lograrse si son diligentes en ejercer su función. Ellos no deberían preocuparse por quién está a cargo, ni deberían interesarse por el sistema. Deberían obrar a fin de tener un resultado, y deberían utilizar cada oportunidad para suministrar vida. Todo su servicio debería ser viviente.
Además, no deberíamos tener situaciones complicadas. Debemos estar abiertos y buscar mejorar. Sólo cuando cambiemos nuestro concepto, nuestra manera de ser, nuestro modo de hacer las cosas y nuestro sistema, seremos librados. De otro modo, con nuestro concepto actual, nuestra manera de ser y la forma en que hacemos las cosas, la obra se ha estancado. No importa cuánto más hagamos, sólo podemos mantener nuestra situación, pues no conducimos a los santos a ejercer su función. Incluso si reclutamos algunos santos capaces, no sabemos cómo conducirlos a ejercer su función. Si cambiamos nuestro concepto, nuestra manera de ser y nuestra forma de hacer las cosas y, luego, llevar a los santos a ejercer su función, el número de santos aumentará, y quienes están en las reuniones también aumentarán. Algunos santos no están dispuestos a venir a las reuniones, pero si cambiamos la manera en que hacemos las cosas, tendrán el deseo de venir a las reuniones.
(Pastorear a la iglesia y perfeccionar a los jóvenes, capítulo 9, por Witness Lee)