NUESTRA COMISIÓN CONSISTE EN RECOBRAR
EL TESTIMONIO DE LAS IGLESIAS LOCALES
Centrar nuestra obra
en las ciudades más grandes
Aunque durante los últimos cuarenta años hemos dado énfasis en predicar el evangelio, edificar a los santos y conducirlos a ir en pos de la espiritualidad, hemos sido comisionados por el Señor para recobrar el testimonio de las iglesias locales. Por esta razón, deberíamos centrar nuestra obra en las ciudades grandes. No obstante, esto no quiere decir que no obraremos en las ciudades más pequeñas. Todavía las incluiremos, pero nuestro enfoque debe estar en las ciudades grandes. Lo que se les asigna a los colaboradores depende de la importancia de la obra. Los lugares que tienen mayor importancia requerirán más colaboradores, y los lugares más pequeños no necesitarán tantos colaboradores.
Debido a que Taipéi, Taichung y Tainán tienen más escuelas, la obra tiene que centrarse en estos tres lugares. Además, también es necesario establecer un buen testimonio de la iglesia local en ciudades grandes tales como Keelung, Hsinchu, Chiayi y Kaohsiung. Algunos santos solamente pueden reunirse y servir en ciudades pequeñas debido a la ubicación de su lugar de trabajo o su hogar. Estos santos tienen la esperanza de que un colaborador pueda unirse a ellos y fortalecerlos. En la actualidad, esto no será posible porque hay iglesias locales en muchos lugares, y cada lugar necesita ser fortalecido. Además, hay una gran necesidad en Asia del Este. El testimonio del recobro del Señor en Asia del Este es crucial, y no podemos descuidarlo. Tenemos que dejar que los hermanos locales lleven y sostengan la responsabilidad por las ciudades más pequeñas. Quizás los colaboradores puedan visitar varias ciudades de vez en cuando, o varias iglesias pueden celebrar una conferencia o un entrenamiento a fin de brindarles alguna ayuda.
Fortalecer las iglesias locales
Hemos dicho anteriormente en comunión que sacar a los colaboradores de sus localidades no solucionará nuestro problema. Necesitamos cambiar nuestro concepto y nuestro sistema. Si nuestro concepto y nuestro sistema no cambian, será inútil sacar a los colaboradores. Nuestra estrategia consistirá en centrarnos en ciudades grandes, en fortalecer la obra con los estudiantes y en tomar cuidado de la necesidad en el extranjero. Los colaboradores no necesitan ser sacados de las iglesias locales en las ciudades grandes. Ellos deberían permanecer en estas ciudades, pero no deben reemplazar a los santos. Tienen que guiar a los santos a servir y de ese modo producir algunos que sean aptos. Los colaboradores deben comenzar con los ancianos. En las iglesias locales donde no hay ancianos, los colaboradores deberían obrar para producir ancianos. En los lugares donde hay ancianos, los colaboradores deberían fortalecer las funciones de los ancianos al conducir a los ancianos a avanzar y aprender más. Los colaboradores no deben tomar las responsabilidades de los ancianos bajo ninguna circunstancia. Si los colaboradores no fortalecen el testimonio en las ciudades grandes, los ancianos no podrán satisfacer la necesidad adecuadamente. Los ancianos locales están ocupados con sus trabajos. Ellos tienen un corazón dispuesto a servir, pero su tiempo y energía no les permiten ocuparse de las muchas necesidades. Existe una gran necesidad de que los colaboradores fortalezcan la obra en las ciudades grandes. Sin embargo, los colaboradores no deben sustituir a los ancianos o a los hermanos responsables.
Los colaboradores deberían fortalecer y guiar a los ancianos en el servicio con el objetivo de perfeccionar a los santos. El resultado de tal obra será que las responsabilidades de una iglesia local las llevarán los ancianos y los santos. Además, cada colaborador debería apartar algunos meses para viajar, ya sea al extranjero o a otros lugares en Taiwán, a fin de ayudar otras iglesias locales. Esto solucionará el asunto de sacar a los colaboradores de las iglesias locales. Mientras estén en Taiwán, los colaboradores que tienen una mayor capacidad y cuya función ha sido manifestada a un mayor grado deberían brindar ayuda a las iglesias locales grandes a fin de fortalecer el testimonio en las iglesias. No obstante, los colaboradores nunca deben sustituir a los santos; más bien, deberían guiar a los santos y servir junto con los santos. Los colaboradores no deben dirigir los asuntos de una iglesia local y no deberían utilizar a los ancianos para llevar a cabo las directrices de los colaboradores. Ésta no es la forma en que deberíamos servir. Más bien, los ancianos locales deben manejar los asuntos de una iglesia local y los colaboradores les deberían proveer apoyo, ayudándolos y fortaleciéndolos a fin de perfeccionar a los santos.
(
Pastorear a la iglesia y perfeccionar a los jóvenes, capítulo 4, por Witness Lee)