Pastorear a la iglesia y perfeccionar a los jóvenes, por Witness Lee

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TRES ASUNTOS QUE REQUIEREN NUESTRA ATENCIÓN

Que la iglesia se multiplique

Hechos 9:31 dice: “La iglesia tenía paz por toda Judea, Galilea y Samaria, y era edificada; y se multiplicaba andando en el temor del Señor y con el consuelo del Espíritu Santo”. El versículo 47 del capítulo 2 nos da una descripción de los primeros creyentes en Jerusalén: ellos iban “alabando a Dios, y manifestando gracia a los ojos de todo el pueblo. Y el Señor incorporaba día tras día a los que iban siendo salvos”. La situación de las iglesias en Taiwán es similar a la de los primeros creyentes, según se ha visto en Hechos. Tenemos paz, estamos siendo edificados, tememos al Señor, tenemos el consuelo del Espíritu Santo y alabamos a Dios. No obstante, hay una cosa que no parece corresponder con la situación. En Hechos el Señor “incorporaba día tras día a los que iban siendo salvos”; es decir, que el número de creyentes aumentaba día tras día. En años recientes nuestros números no parecen haber aumentado. Nuestra tasa de aumento actual no se puede comparar con el aumento que experimentamos durante nuestros primeros ocho años en Taiwán.

En 1949 había alrededor de quinientos santos en Taiwán que vinieron de la China continental. Luego, estos santos se propagaron a varios lugares de la isla. En 1955 había alrededor de veinte mil santos en Taiwán. Estas cifras indican que tuvimos una tasa de aumento rápida. No obstante, en los últimos diez años, nuestro aumento ha disminuido de velocidad. Durante este periodo, hubo entre nosotros una tormenta; por ende, no fue tan fácil que la obra avanzara. Aunque las iglesias en Taiwán han estado en armonía y unidad por los últimos dos o tres años y los colaboradores también han estado en unanimidad, nuestra tasa de aumento ha sido muy lenta. La iglesia en Taipéi no ha experimentado un aumento de diez por ciento durante los últimos tres años. Aunque el número de distritos ha aumentado, el número total de santos que asisten no ha aumentado. Me parece que ésta es la situación en todas las iglesias.

Hoy en día las iglesias tienen más provisiones de las que teníamos hace veinte años. En aquel tiempo los santos eran jóvenes y nuestra capacidad financiera era menos de una décima de lo que es hoy. A pesar de todos estos factores, nuestra actual tasa de aumento es muy lenta. Esta situación amerita que la estudiemos y examinemos delante del Señor.

Que se produzcan colaboradores nuevos

Además, muy pocos colaboradores nuevos están siendo ganados. Esto significa que muy pocos santos responden al llamado que el Señor hace para que sean apartados por el Señor y sean útiles en el servicio de tiempo completo. No podemos utilizar métodos humanos, tales como abrir un tipo de escuela para reclutar jóvenes a fin de cultivar y producir algunos que sean útiles. Tal método es inútil. Nuestra situación debería ser una en la que, año tras año, el Señor llame nuevos creyentes, los levante y los aparte. Lamentablemente, no tenemos tal situación entre nosotros.

Que se extienda la obra del testimonio del Señor

En estos momentos la obra no se está extendiendo. Tal parece que sólo mantenemos el statu quo que existe entre las iglesias locales. Esto está en contraste con la situación que existía entre nosotros hace algunos años, cuando la obra siempre se extendía y abría nuevas áreas. Ahora sólo unas pocas iglesias locales están siendo levantadas. Una causa de esto podría ser que las iglesias ya han sido establecidas en la mayoría de las ciudades principales. Además, casi todos los que sirven están en las ciudades principales, y no se les hace tan fácil ir a lugares más pequeños. Inicialmente, los hermanos y hermanas que estaban dispersos se mudaron a las ciudades principales con miras a levantar iglesias locales. Ahora no es común que los santos se muden a lugares más pequeños. Las personas tienden a concentrarse en las ciudades grandes en vez de los pueblos pequeños. Por esta razón, no es fácil levantar más iglesias. En vista de esta situación, tenemos que depender de que los obreros salgan en vez de depender de que los santos sean dispersos a fin de levantar nuevas iglesias.

En la Biblia hay dos maneras en las que la obra se propaga. La primera consiste en que los obreros vayan y establezcan iglesias en varios lugares (Hch. 13:2). La segunda manera consiste en que los santos sean esparcidos (8:1-4). No podemos depender de que los santos sean esparcidos a pueblos más pequeños. Por tanto, la propagación de la obra depende de que los colaboradores salgan. Debido a que los colaboradores no han podido salir, ha sido difícil que la obra se propague. Como resultado de ello, la obra y el testimonio de la iglesia están limitados a las ciudades grandes. Este punto amerita nuestro estudio.

Hay tres asuntos que requieren nuestra atención: la tasa de aumento lenta en las iglesias, la escasez de colaboradores nuevos que son producidos en la obra y la manera en que podemos propagar la obra del testimonio del Señor de ciudades grandes a ciudades más pequeñas, y de ciudades más pequeñas a pueblos e incluso aldeas. Tenemos que examinar estos tres asuntos delante del Señor. Un asunto adicional que también merece nuestra atención es que muy pocos de los que fueron bautizados han permanecido.

(Pastorear a la iglesia y perfeccionar a los jóvenes, capítulo 1, por Witness Lee)