DE UNA SEMILLA A UNA PERLA
Estas parábolas de los misterios del reino nos muestran que el Señor Jesús vino como el Sembrador a sembrar la semilla y, a la postre, obtuvo una perla. La perla procede de la semilla. Cristo es la semilla, y la iglesia es la perla. ¡Con razón que el Señor Jesús vendió todo cuanto tenía para comprar la perla! No debiéramos pensar que somos los compradores o los vendedores de tal perla; pues somos pobres y no podemos pagar; además no tenemos nada que vender. La perla es demasiado preciosa, y su precio es inestimable. Así que, el Señor Jesús pagó el precio, vendiendo todo lo que tenía para comprar la iglesia. Hechos 20:28 revela que el Señor Jesús compró la iglesia con Su propia sangre. Él compró la iglesia al pagar tan elevado precio. El Señor Jesús se sembró como la semilla y, a la postre, obtendrá la perla. ¡Qué gozo será esto para el Señor!
(Reino, El, capítulo 13, por Witness Lee)