DOS CLASES DE HIJOS
En este universo hay, en realidad, dos padres: Dios, el Padre santo, y Satanás, el padre maligno. Por tanto, en el linaje humano hay únicamente dos clases de hijos: los hijos de Dios el Padre y los hijos de Satanás. En 1 Juan 3:10 se declara que somos hijos de Dios o hijos del diablo. En el pasado, cuando afirmé que los seres humanos caídos poseen la vida de Satanás, algunos me dijeron que no debiera expresarme de esa manera. Entonces les mostré 1 Juan 3:10 donde tenemos la frase hijos del diablo. ¿No creen que estos hijos del diablo poseen la vida del diablo? ¿Cómo podrían afirmar que son hijos de su padre, pero que no poseen la vida de su padre? Si ése fuera el caso, serían hijos adoptivos. Pero Satanás jamás adoptó a nadie; todos sus hijos nacieron de él.
¿Qué clase de vida tiene usted ahora? En la actualidad tenemos tres vidas: la vida natural o la creada, la vida satánica y la vida divina. No podemos negar que tenemos la vida de Satanás. ¿Acaso no perdió la paciencia recientemente? Pues bien, ello no fue una expresión de la vida creada por Dios, sino de la vida satánica. Estoy seguro de que la vida natural, aquella que fue creada por Dios, jamás pierde la paciencia. Por que aunque fue creada, la vida humana no se enoja. Sin embargo, nosotros muy fácilmente nos ponemos de mal genio. Esto procede de la vida de Satanás que está en nuestro interior. Para nosotros es muy difícil ser pacientes y, aún más, tenemos que esforzarnos para serlo. Pero, por el contrario, nos enojamos con facilidad, es algo espontáneo que no requiere de ningún esfuerzo de nuestra parte. Nosotros fácilmente nos enojamos debido a que poseemos la vida satánica.
Debido a que tenemos estas tres vidas, somos personas bastante complicadas. Cuando fuimos creados en Adán, teníamos una sola vida, la vida humana. Todos nosotros estábamos en el huerto del Edén, pues estábamos en Adán. En aquel entonces teníamos únicamente la vida humana, una vida que era inocente, pura y sencilla. Esta vida no tenía ni enojo ni odio. Era simplemente la vida humana, y Dios dijo que era muy buena (Gn. 1:31). Cuando ocurrió la caída, en Génesis 3, nos fue inyectada otra vida, la vida de Satanás, la cual produjo los espinos y cardos. Por tanto, a partir de la caída poseemos tanto la vida humana como la vida satánica. Todo ser humano posee estas dos vidas. Todos los incrédulos poseen tanto la vida humana como la vida satánica. A veces uno puede ver que la vida humana en una persona, y otras veces vemos la vida satánica en esa misma persona. Tal vez por la mañana un esposo se comporte como un caballero; sin embargo, esta misma persona, al retornar del trabajo al anochecer, tal vez tenga el rostro de un “diablo-hombre”.
Nosotros los cristianos, somos aún más complicados, pues cuando recibimos al Señor Jesús recibimos una tercera vida, la vida divina. Entonces tenemos la vida humana, la vida satánica y la vida divina. Debido a que poseemos la vida humana, podemos ser seres humanos; debido a que poseemos la vida satánica, podemos ser diablos-hombres; y debido a que poseemos la vida divina, podemos ser Dios-hombres. La misma persona puede ser un caballero en la mañana, un diablo-hombre al anochecer y un Dios-hombre en la reunión de la iglesia.
Debido a que poseemos la vida humana, estamos en el reino humano; debido a que poseemos la vida satánica, también estamos en el reino satánico; y debido a que poseemos la vida de Dios, estamos en el reino de Dios. Siempre que vengo a las reuniones de la iglesia puedo ver el reino de Dios. Estamos en el reino de Dios debido a que tenemos la vida de Dios. Un reino es la totalidad de cierta vida.
(Reino, El, capítulo 7, por Witness Lee)