LOS MISTERIOS DEL REINO
El Señor Jesús hizo referencia a muchos misterios, uno de los cuales es la parábola del sembrador. Esta parábola no es meramente una doctrina o enseñanza, sino que es un misterio. Muchas personas prestan atención a las doctrinas, pero descuidan el misterio del reino. El reino de los cielos es un misterio. Incluso los seres humanos encierran muchos misterios. Externamente, podemos observar las características físicas de un ser humano: su cabeza y hombros, sus brazos y piernas, así como su piel. Debido a que todos estos rasgos externos resultan bastante obvios, no son tan misteriosos. No obstante, en el hombre están corporificados diversos misterios. Uno es el misterio de su vida física. Es posible producir un modelo de cera que posea el mismo color, tamaño y forma de una verdadera persona. La única diferencia es que un modelo carece de vida. Si diseccionáramos a un ser humano a fin de examinar todas sus partes, la vida desaparecería; pero si le dejamos vivir y permanecer íntegro, la vida permanecerá en él. Nadie podría explicar adecuadamente en qué consiste la vida física de un ser humano. La vida es algo misterioso.
Otro misterio en relación con el hombre es su espíritu, el espíritu humano. ¿Qué es el espíritu humano? Dónde podríamos localizarlo dentro del hombre, ¿en el corazón, la cabeza o el estómago? Según la Biblia, tenemos un espíritu humano (1 Ts. 5:23), pero ¿podríamos decir dónde está? Si bien para nosotros es muy fácil localizar nuestros ojos, nuestra nariz o nuestras orejas, nos es imposible localizar nuestro espíritu debido a que éste es un misterio.
Otro misterio concierne a nuestro corazón. El hombre tiene dos corazones. Uno es el corazón físico, el cual late constantemente bombeando sangre continuamente. Sin embargo, la Biblia nos dice que el corazón del hombre es corrupto e incurablemente perverso (Jer. 17:9). Esto, por supuesto, no hace referencia al corazón físico del hombre. Cuando la Biblia declara que el corazón del hombre es corrupto, se refiere a otro corazón, al corazón psicológico del hombre. Por tanto, tenemos dos corazones, uno físico y otro psicológico. Si bien sólo unos cuantos entre nosotros tienen problemas con su corazón físico, todos tenemos problemas con nuestro corazón psicológico. ¿Dónde está tal corazón psicológico? Uno sabe que tiene tal corazón, pero es difícil localizarlo debido a que éste también es un misterio. Así pues, muchos misterios se hallan corporificados en el hombre. La vida humana, el espíritu humano y el corazón psicológico, todos ellos son un misterio. Nuestra mente, nuestra parte emotiva, nuestra voluntad y nuestra conciencia también son misterios.
(
Reino, El, capítulo 11, por Witness Lee)