SIETE MISTERIOS
Mateo 13 revela que hay muchos misterios relacionados con el reino de los cielos. Las parábolas en este capítulo no son meras enseñanzas o relatos, sino que son misterios difíciles de comprender. Éstos son misterios del mismo modo que la vida física del hombre, el espíritu humano y el corazón psicológico son misterios. Tenemos cierto entendimiento con respecto a nuestra mente, conciencia, corazón, espíritu y vida; no obstante, siguen siendo misterios. La parábola del sembrador es asimismo un misterio. Otros misterios del reino incluyen la parábola de la cizaña, de la semilla de mostaza, de la levadura, del tesoro, de la perla y de la red. En Mateo 13 hay por lo menos siete misterios.
Para entender estos misterios es necesario que tengamos un corazón abierto y que seamos pobres en espíritu. El Señor le dijo a los discípulos que a ellos les había sido dado conocer los misterios del reino, pero que a los demás no les había sido dado a conocer debido a que sus corazones habían sido endurecidos y sus espíritus estaban llenos de otras cosas (Mt. 13:11-15). El Señor se alejó de aquellos que estaban endurecidos y ocupados con otras cosas. Tenemos que orar: “Señor, concédenos ser pobres en espíritu. Quita todo lo demás. Quita las doctrinas y el viejo conocimiento bíblico. Señor, vacíanos en nuestro espíritu y haznos pobres en espíritu. En nuestro espíritu no nos aferramos a nada”. Tienen que orar de este modo. De lo contrario, incluso después de leer todos estos capítulos, no podrán recibir nada. Qué el Señor nos guarde de tener algo viejo en nuestro espíritu. Además, necesitamos poseer un corazón que sea puro y esté abierto al Señor. Cuando seamos pobres en espíritu y tengamos un corazón abierto al Señor, de inmediato vendrá la revelación y podremos comprender los misterios del reino.
(Reino, El, capítulo 11, por Witness Lee)