EL REINO DE DIOS NO VENDRÁ
DE MODO QUE PUEDA OBSERVARSE
En Lucas 17:20-21 los fariseos vinieron al Señor Jesús para preguntarle acerca del reino de Dios. Al igual que muchos cristianos hoy, ellos tenían sus propios conceptos. Sin embargo, el Señor Jesús les dijo inmediatamente que el reino de Dios no vendría de modo que pudiera observarse; es decir, que si ellos deseaban ver el reino, no podrían observarlo. ¿Qué quiere decir que el reino no viene de modo que pueda observarse? Quiere decir que el reino es invisible. El reino no puede ser observado mediante el ejercicio de nuestra capacidad natural. Por tanto, no recurran a sus pensamientos, su entendimiento, sus conocimientos o su comprensión natural, pues nada de ello les servirá para conocer el reino de Dios.
Cuando el Señor Jesús dijo que el reino no vendría de modo que pueda ser observado, Él no quería decir que el reino no podría hacerse real y concreto. Por ejemplo, si usted no tuviera oídos, jamás podría apreciar mi hablar. En este sentido, jamás podría “observar” mi hablar, ya que carece de la capacidad auditiva necesaria para darle sustantividad y hacerlo real para sí. Tal facultad de hacer real este hablar reside en el órgano auditivo, el oído. Uno deberá tener su órgano auditivo y usarlo; sólo entonces podrá “observar” mi hablar. El Señor les dijo a los fariseos que el reino no vendría de modo que ellos pudieran observarlo por sí mismos, pues tal clase de observación estaba equivocada. Ellos dependían de su propia capacidad mental y se valían demasiado de sus conocimientos. Así pues, por medio de su capacidad natural, ellos eran completamente incapaces de observar el reino de Dios. Para los fariseos, el reino de Dios vino de modo que ellos no pudieran observarlo.
(Reino, El, capítulo 2, por Witness Lee)