Arbol de la vida, El, por Witness Lee

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DEBEMOS VOLVER NUESTRO CORAZON AL SEÑOR

Dice en 2 Corintios 3:16-18: “Pero cuando su corazón se vuelve al Señor, el velo es quitado. Y el Señor es el Espíritu; y donde está el Espíritu del Señor, allí hay libertad. Mas, nosotros todos, a cara descubierta mirando y reflejando como un espejo la gloria del Señor, somos transformados de gloria en gloria en la misma imagen, como por el Señor Espíritu”. Podemos hablar de que el Señor sea el Espíritu vivificante, pero si vamos a disfrutarle y experimentarle como este Espíritu viviente, nuestro corazón tiene que volverse a El. Cuando nuestro corazón se vuelve al Señor, el velo es quitado. En realidad, nuestro corazón, antes de volverse al Señor, es el velo. Cuando volvemos nuestro corazón al Señor, quitamos el velo. Nuestro corazón es el factor crucial que determinará si disfrutamos al Señor como el Espíritu vivificante y si somos transformados a Su imagen. Si queremos disfrutar al Señor como el Espíritu viviente y ser transformados por El, tenemos que resolver los problemas de nuestro corazón. Es menester que nuestro corazón se vuelva al Señor.

(Arbol de la vida, El, capítulo 13, por Witness Lee)