Arbol de la vida, El, por Witness Lee

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EL PROPOSITO DE DIOS

La economía de Dios y Su obra de edificación dependen del árbol de la vida. En Génesis 1 se halla una narración completa de la obra creadora de Dios. En el sexto día Dios creó un hombre a Su propia imagen y luego le encomendó al hombre Su autoridad (Gn. 1:26). La palabra “imagen” indica expresión. Existe algo en la imagen de usted que es su propia expresión. Dios creó al hombre a Su propia imagen con el propósito de que el hombre sea Su expresión en este universo y sobre esta tierra. Dios está escondido y es invisible; sin embargo, tiene un deseo en Su corazón de expresarse mediante el hombre. Dios no creó mil hombres a la vez, sino un solo hombre. Todos los descendientes de ese hombre fueron incluidos en la creación de ese hombre. Dios creó un hombre corporativo a Su imagen para expresarse, así que el hombre es la misma imagen, la propia expresión de Dios.

¿Por qué Dios también le encomendó al hombre Su autoridad? El propósito de Dios es expresarse, pero este propósito fue frustrado en gran manera por el enemigo de Dios. Dios tiene un enemigo en este universo y sobre esta tierra, y ésta ha sido usurpada de la mano de Dios y robada. Por consiguiente, Dios tenía que crear un hombre para que éste se encargara de Su enemigo. Es por esto que Dios le confió al hombre Su autoridad, para que el hombre fuese no sólo Su expresión sino también Su representante, que le representaría en esta tierra como la verdadera autoridad para encargarse del enemigo de Dios.

Dios le dio autoridad a Adán para que éste señorease en la tierra, y especialmente para que señorease “en todo animal que se arrastra sobre la tierra” (Gn. 1:26). Lo implícito aquí es que Dios tiene un enemigo, el cual está corporificado en los seres que se arrastran. En Génesis 3 se infiltró la cabeza de todo lo que se arrastra, es decir, la serpiente, el enemigo de Dios. La serpiente mencionada en Génesis 3 junto con los escorpiones descritos en Lucas 10, los cuales representan los espíritus malignos, inmundos y pecaminosos, son los seres que se arrastran. Dios le encomendó Su autoridad al hombre para que éste no sólo tuviera el poder sino también la autoridad para señorear en la tierra y sojuzgarla. Esto quiere decir que la tierra había estado en rebelión y que la tierra rebelde tenía que ser sojuzgada. Por todos los sesenta y seis libros de la Biblia, siempre se encuentran estos dos aspectos. La intención de Dios, por el lado positivo, es expresarse mediante el hombre corporativo, y por el lado negativo, Su intención es eliminar a Su enemigo, Satanás, por medio de este hombre corporativo. Al final de las Escrituras se ve una ciudad llamada la Nueva Jerusalén (Ap. 21:2). La imagen de Dios es expresada a través de aquella ciudad (Ap. 21:11; 4:3), y la autoridad de Dios es ejercida mediante aquella ciudad (22:5; 21:24-26). Esa ciudad es la propia expresión y representación de Dios.

(Arbol de la vida, El, capítulo 1, por Witness Lee)