Arbol de la vida, El, por Witness Lee

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LA MAXIMA CONSUMACION DEL DISFRUTE QUE TENEMOS DE DIOS

Las Escrituras en su totalidad revelan solamente a Dios, al Dios Triuno, el Padre en el Hijo como el Espíritu. Este Dios Triuno maravilloso se nos ofreció como nuestro disfrute en muchos aspectos. Este disfrute comienza con el Cordero y tiene su plena consumación en el templo. Finalmente, el templo se agranda y llega a ser una ciudad, la Nueva Jerusalén, donde Dios mismo es el templo (Ap. 21:22). En 1 Samuel (1:9; 3:3) el tabernáculo que estaba en Silo se llamaba el templo antes de que el templo fuese edificado por Salomón. Por lo tanto, el tabernáculo es el templo. La Nueva Jerusalén es llamada el tabernáculo de Dios (Ap. 21:3). Nosotros somos el tabernáculo de Dios donde puede morar, y El es nuestro templo donde nosotros podemos morar. Esta ciudad es una morada mutua donde moran Dios y Su pueblo escogido y redimido. La Nueva Jerusalén es el clímax del disfrute que tenemos del Dios Triuno; allí le disfrutaremos al máximo.

Necesitamos recibir la visión celestial de que Dios es el árbol de la vida y que como tal, le podemos disfrutar. Todos los aspectos de lo que es Cristo en el libro de Juan son producidos por el árbol de la vida. Si leemos las Escrituras otra vez para descubrir cuáles son los aspectos en que podemos disfrutar a Dios, la Biblia llegará a ser nueva para nosotros. Será un libro de vida, en vez de un libro de conocimiento. Muchos consideran la Biblia como un libro de conocimiento, pero nosotros tenemos que cambiar el concepto que tenemos sobre este libro. La Biblia es un libro de vida. El Dios Triuno maravilloso es nuestro disfrute en muchos aspectos revelados en las Escrituras.

En la Nueva Jerusalén todavía tendremos al Cordero (Ap. 22:1). El Cordero es el centro de la ciudad y su templo (21:22). En el cielo nuevo y la tierra nueva el templo de Dios será agrandado y así llegará a ser una ciudad. De nuevo vemos al Cordero y el templo. El Cordero es la lámpara, y dentro de El está Dios como luz. El Cordero como lámpara resplandece con Dios como luz para iluminar la ciudad con la gloria de Dios, la expresión de la luz divina. Dios como luz en Cristo resplandece como vida para fluir como agua viva, como el Espíritu. En los dos lados del río de agua de vida, está el árbol de la vida (Ap. 22:2), el cual sirve como nutrición para los redimidos, como su suministro de vida. El Padre es la verdadera fuente de la luz (1 Jn 1:5; Ap. 22:5), Aquel que habita en luz inaccesible (1 Ti. 6:16). El Espíritu Santo es representado por el fluir del agua viva, el agua de la vida (Jn. 7:38-39). Junto con el fluir del agua viva está el árbol de la vida, el cual simboliza a Cristo el Hijo (Jn. 1:4; 15:1). De esta manera, el Dios Triuno es el propio contenido de este edificio universal y así Sus redimidos le disfrutan al máximo. El libro de Génesis nos muestra el origen del árbol de la vida, y el libro de Apocalipsis nos da la consumación. Entre los dos extremos está el Evangelio de Juan. Los aspectos principales mencionados en los dos extremos de la Biblia, tales como el Cordero, el templo y el árbol de la vida, también se mencionan en el Evangelio de Juan (1:29; 2:19, 21; 15:1).

(Arbol de la vida, El, capítulo 5, por Witness Lee)