EN LA RESURRECCIÓN EL SEÑOR
UNIÓ EL HOMBRE A SÍ MISMO,
CON LO CUAL REALIZÓ EL EDIFICIO DE DIOS
El versículo 19 dice: “Todavía un poco, y el mundo no me verá más; pero vosotros me veis”. Quisiera preguntarles, hermanos y hermanas, ¿exactamente a cuánto tiempo se refiere la frase “un poco” mencionada aquí? ¿A dos mil años? ¿Al tiempo de la segunda venida del Señor? Si fuera hasta ese tiempo, entonces el Señor no podría haber dicho “el mundo no me verá más”, porque será en Su segunda venida que todo el mundo le verá. Por lo tanto, aquí el Señor obviamente se refería a que se manifestaría a los discípulos y a que venía para estar en medio de ellos después de Su resurrección. ¿Cuánto tiempo se tardaría ese “un poco”? ¡Sólo un período de tres días! Fue por eso que el Señor dijo: “Todavía un poco, y el mundo no me verá más; pero vosotros me veis”. Además, ellos vieron al Señor primero con sus ojos físicos; pero más tarde le vieron con sus ojos interiores, porque después de Su resurrección el Señor no sólo se les apareció, poniéndose en medio de ellos, sino que también entró en ellos para morar en ellos. La intención del Señor al aparecérseles después de Su resurrección era enseñarles a que en vez de conocerle externamente, le conocieran internamente. Sólo así ellos podrían ser mezclados con el Señor.
El Señor después dijo: “Porque Yo vivo, vosotros también viviréis”. Él estaba diciendo: “En el momento de Mi resurrección, vosotros seréis regenerados por causa de Mí; por tanto, porque Yo vivo, vosotros también viviréis”.
“En aquel día vosotros conoceréis que Yo estoy en Mi Padre, y vosotros en Mí, y Yo en vosotros” (v. 20). Debemos hacer especial hincapié en la frase en aquel día, la cual significa en el día de la resurrección del Señor. ¿Qué sucedería ese día? ¿Acaso el Señor dijo: “En aquel día vosotros sabréis que he ido al cielo”? ¿O dijo Él: “En aquel día porque Yo estoy en el cielo, os salvaré para que también estéis en el cielo”? Hermanos y hermanas, creo que a estas alturas ya tienen claro que no es así. El Señor dijo: “En aquel día vosotros conoceréis que Yo estoy en Mi Padre, y vosotros en Mí”. Puesto que el Señor está en el Padre y nosotros estamos en el Señor, también estamos en el Padre. Con esto se cumplen las palabras del Señor: “Para que donde Yo estoy, vosotros también estéis” (v. 3). El versículo 20 contiene tres menciones de la palabra en, las cuales demuestran que todas las veces que se menciona la palabra donde en el capítulo 14 —la cual aparentemente se refiere a un lugar— en realidad tienen que ver con una persona.
Por lo tanto, podemos afirmar confiadamente que en el capítulo 14 no se trata de espacio ni de lugar, sino únicamente de una persona. El lugar mencionado en el capítulo 14 es una persona. El Señor parecía decir: “En aquel día vosotros conoceréis que Yo estoy en Mi Padre, y vosotros en Mí, y Yo en vosotros; por tanto, vosotros y Yo estaremos juntos en el Padre”. Éste es el cumplimiento de: “Para que donde Yo estoy, vosotros también estéis”. Es aquí donde Dios y el hombre experimentan una unión completa.
He dicho reiteradas veces que esta unión es la mezcla de Dios y el hombre: Dios está en el hombre, y el hombre está en Dios. Esto también es la edificación que Dios está produciendo. Esta edificación es la morada mutua de Dios y el hombre: Dios mora en el hombre y el hombre mora en Dios.
El Señor dijo: “Destruid este templo, y en tres días lo levantaré” (2:19). Esto significa que el Señor en Su resurrección levantaría el templo, que es la unión de Dios y el hombre. Por lo tanto, el Señor parecía decir: “En aquel día, es decir, en el día de Mi resurrección, porque Yo vivo, vosotros también viviréis. Además, vosotros conoceréis que Yo estoy en Mi Padre, y vosotros en Mí, y Yo en vosotros”. Con estas tres menciones de “en”, es decir, con la mezcla y morar mutuo de Dios y el hombre, el Señor realizó la edificación del templo. A esto se refería el Señor cuando dijo que iba a preparar un lugar para nosotros, y que cuando estuviera preparado, vendría y nos tomaría a Sí mismo. Anteriormente, los discípulos estaban fuera del Señor, pero en ese día ellos estarían en el Señor; y así como el Señor estaba en el Padre, el Señor estaría en ellos.
(
Base para la obra edificadora de Dios, La, capítulo 3, por Witness Lee)