Base para la obra edificadora de Dios, La, por Witness Lee

Más extractos de este título...

LOS QUE MADUREN Y SEAN EDIFICADOS HOY DISFRUTARÁN LA BENDICIÓN DE LA NUEVA JERUSALÉN EN EL REINO MILENARIO

Sin embargo, debemos fortalecer un poco un punto. Aunque la Nueva Jerusalén se manifestará solamente en el cielo nuevo y la tierra nueva, si leemos Apocalipsis cuidadosamente, veremos la Nueva Jerusalén en el capítulo 2 y en el capítulo 3. Allí las bendiciones que el Señor les promete a los vencedores en las iglesias son en realidad las cosas que se hallan en la Nueva Jerusalén; no obstante, los vencedores podrán participar de ellas en el reino milenario. Esto significa que para ellos el disfrute de la Nueva Jerusalén vendrá mil años antes que el de la mayoría de los creyentes. Ellos son un grupo de frutos que maduran primero. Ellos son los que fueron edificados por Dios en la era de los patriarcas, en la era de la ley y en la era de la gracia. Sólo ellos podrán disfrutar de la Nueva Jerusalén en la era milenaria. Pero con respecto a aquellos que no fueron completamente edificados por Dios, los que no maduraron, Dios los edificará individual y corporativamente en el reino milenario a fin de que maduren. Cuando haya concluido el reino milenario, ellos habrán pasados por los debidos tratos y habrán sido edificados; entonces estarán en la Nueva Jerusalén cuando surjan el cielo nuevo y la tierra nueva.

La Biblia dice que cuando el Señor regrese, vendrán las bodas del Cordero, por cuanto Su esposa se habrá preparado (Ap. 19:7). Cuando se manifieste la Nueva Jerusalén, ella será la esposa del Cordero (21:9). Esto nos muestra que todo el reino milenario será el día de bodas del Cordero. En el reino milenario la Nueva Jerusalén será la novia, y en el cielo nuevo y la tierra nueva la Nueva Jerusalén será la esposa. Los que participarán en la Nueva Jerusalén como novia serán los santos vencedores, los santos que hayan madurado y que hayan pasado por los debidos tratos y hayan sido edificados por el Señor. Los santos que necesiten ser edificados por el Señor durante el reino milenario no participarán en la Nueva Jerusalén como novia. Aquellos que hayan sido edificados por el Señor durante la era milenaria tendrán que esperar al cielo nuevo y la tierra nueva, cuando la novia haya llegado a ser la esposa, a fin de participar en la Nueva Jerusalén.

Les digo estas cosas para que los hermanos y hermanas puedan ver que el principio de la novia es que los hijos de Dios necesitan madurar y ser edificados. Si usted no ha madurado hoy, el Señor aún lo hará madurar en el futuro. Si no ha sido edificado hoy, el Señor aún lo edificará en el futuro. Con respecto a usted y a mí hay una diferencia en cuanto a tiempo; hay una diferencia entre hoy y mañana, entre el presente y el futuro. Sin embargo, para Dios no existe el elemento del tiempo. Con respecto a usted y a mí, está el factor del espacio, es decir, si hemos de ser edificados aquí o si no hemos de ser edificados aquí, pero para Dios no existe el elemento del espacio. En cualquier caso usted será edificado; usted será madurado. Si no madura, Dios no podrá llevarlo al granero; y si no ha sido edificado, no podrá tener parte alguna en el edificio de Dios.

Quisiera declararles a los hijos de Dios que según la Biblia, no existe tal cosa como lo que la gente en el cristianismo llama “ir al cielo”. Mientras usted está vivo, la tierra es un lugar de peregrinaje; y cuando muera, el Paraíso en el Hades será donde usted estará temporalmente. Luego, cuando resucite, y sea transfigurado y arrebatado a los aires por el Señor, esto aún será una condición temporal. Nuestra morada eterna es la Nueva Jerusalén, una ciudad que es fruto de la mutua edificación de Dios y el hombre. Por consiguiente, usted debe crecer en Dios y madurar en Dios. Si no ha madurado, no podrá ser llevado a este granero. Si no ha sido edificado, no podrá tener parte en esta edificación. Si hoy usted no madura, mañana Dios todavía querrá que usted madure. Si en esta era usted no ha sido edificado, Dios todavía lo edificará en la próxima era. En tanto que usted sea salvo y redimido, Dios hará que usted madure y lo edificará, sea como sea. Les repito una vez más que toda la Biblia al final nos muestra que el pueblo redimido es edificado conjuntamente para llegar a ser la morada eterna de Dios y el hombre. Por lo tanto, quien no haya madurado ni haya sido edificado, jamás podrá participar en esa morada.

Hermanos y hermanas, la Biblia jamás nos dice que una vez que una persona es lavada por la sangre “va al cielo”. No existe tal cosa. Dios quiere edificarse en Sus redimidos y edificar a Sus redimidos en Sí mismo a fin de obtener un edificio espiritual. Por lo tanto, todos los que sean parte de esta edificación deben ser aquellos que han sido edificados. Damos gracias al Señor porque Dios nos predestinó y nos redimió, y porque Él nos está edificando. Lo que Dios ha venido haciendo por seis mil años es esta obra de edificación.

Por último, quisiera decirles, hermanos y hermanas, que necesitamos madurar. Sólo cuando estemos maduros podremos ser llevados al granero. Asimismo necesitamos ser edificados; sólo cuando seamos edificados podremos tener parte en la ciudad santa de Dios, la Nueva Jerusalén. ¡Que el Señor nos conceda Su gracia para que no consideremos estas cosas meras profecías! ¡Que seamos edificados conjuntamente hoy!

(Base para la obra edificadora de Dios, La, capítulo 8, por Witness Lee)