ABRIMOS LOS HOGARES DE LOS SANTOS
AL ESTABLECER Y GUIAR LAS REUNIONES DE GRUPO
Ahora bien, con base en la información que hemos recibido de los santos, debemos formar grupos de doce y permitir que los hermanos que sirven a tiempo completo ayuden a los santos; pero no los ayuden a tener un servicio dominical ni a formar una reunión pequeña con ellos, sino para estudiar juntos las verdades de la Biblia. Más aún, también tenemos que derramar nuestro amor. Si el grupo pequeño se reúne en su casa, usted debe preparar los mejores refrescos para ellos. No ame su dinero; sea generoso y prepare las mejores meriendas. Estoy seguro de que todos los santos que no se reúnen regularmente serán avivados al comer de las meriendas que les provea.
Además, cuando ustedes vayan a establecer y guiar a los grupos pequeños, no deben ir a hablar con los esposos primero, ya que ellos son más duros; más bien, hablen primero con las esposas, porque por lo general ellas son más sensibles y están más dispuestas a cooperar. En muchas de las familias que ya son salvas, por lo general los esposos no están dispuestos a abrir sus hogares al principio. Sin embargo, las esposas sí están dispuestas, y son ellas las que acaban por convencer a sus esposos a que abran sus hogares para las reuniones de los grupos pequeños. Por consiguiente, tenemos que hablar primero con las hermanas. Una vez que aviven el fuego en ellas, ellas serán muy fervientes. Luego, dejen que las hermanas sean las que convenzan a sus esposos. De esta manera, uno a uno los santos abrirán las puertas de sus hogares.
(Verdad, la vida, la iglesia y el evangelio las cuatro grandes columnas del recobro del Señor, La, capítulo 9, por Witness Lee)