APRENDER A HABLAR LAS VERDADES PROFUNDAS
Todos sabemos que en el proceso de aprendizaje, un niño necesita que sus padres continuamente le reafirmen lo que desean enseñarle. Por ejemplo, para que el niño aprenda a amar o a sonreír, los padres deben, por un lado, decírselo repetidas veces y, por la otra, demostrárselo, hasta que gradualmente el niño entienda el concepto. A veces los padres deben hablarle de algo al niño repetidas veces antes de que él entienda lo que significa. Así pues, el aprendizaje viene como resultado de escuchar. De ahora en adelante, ya sea que estemos predicando el evangelio o compartiendo la palabra de Dios, no debemos temer que las personas no vayan a entender cuando les hablemos de las verdades profundas; antes bien, debemos comprender que estas verdades son precisamente lo que conmoverá más a la gente.
Por otra parte, en cierto sentido, no importa si lo que hablamos es profundo o superficial. Lo más importante que debemos aprender es el secreto, la técnica práctica, de hablar. Si no aplicamos la técnica, o el secreto, la gente no nos entenderá, aun cuando les hablemos de las verdades más superficiales. Pero si aprendemos el secreto, podremos usar palabras muy sencillas al hablar de los asuntos más profundos, y podremos conducir a las personas a la realidad espiritual. Por ejemplo, para aprender a usar la computadora, no basta con que simplemente adquiramos vano conocimiento; sino que además, debemos aprender las técnicas correctas. Así, si nos ponen la computadora delante de nosotros, sabremos cómo conectar los cables, cómo operarlo y cómo usarlo, y también podremos enseñar a otros.
El recobro del Señor cuenta con las verdades más elevadas. Por tanto, si aprendemos las técnicas, al predicar el evangelio a las personas, podremos emplear apropiadamente las verdades más elevadas del recobro del Señor y decir: “Amigo, a menos que tengamos a Dios dentro de nosotros, todos somos pecadores. Ninguno de nosotros posee la naturaleza de Dios, pero tan pronto como nos arrepintamos de nuestros pecados y nos volvamos a Él, el Espíritu esencial de Dios entrará en nosotros, y así podremos ser regenerados y poseer la vida y la naturaleza de Dios. Éste es Dios que entra en nosotros para ser nuestra esencia. Más aún, después de que seamos regenerados, si estamos dispuestos a tomar medidas con respecto a nuestros pecados y aplicamos la sangre del Señor para ser lavados completamente, el Espíritu económico de Dios se derramará sobre nosotros, y nos hará personas llenas de poder”. Estoy seguro de que si alguien escucha estas palabras podrá entenderlas. Cuando los nuevos creyentes vengan a la vida de iglesia, si han sido enseñados de esta manera, rápidamente podrán entender el significado correcto de cada uno de estos términos espirituales, y podrán aplicarlos de una manera práctica en su vida cotidiana.
Espero que la norma de la verdad se eleve continuamente entre las iglesias del recobro del Señor. No podemos permanecer estancados en las verdades más superficiales del evangelio, tales como la paz y la prosperidad, el Cristo que se encarnó para salvar a los pecadores, Su crucifixión que efectuó la redención y el amor de Dios por el mundo. Si bien todas éstas son correctas, siguen siendo verdades elementales, básicas y rudimentarias. Por consiguiente, debemos seguir ascendiendo a la cumbre más elevada. Esto es semejante a lo que sucede en las escuelas primarias de hoy; lo que hoy se enseña es mucho más elevado que lo que se enseñaba hace diez o veinte años. Con todo, los niños son capaces de aprender estas cosas debido a que la norma en general se ha elevado. Incluso en las conversaciones cotidianas que se escuchan en los hogares podemos constatar que la norma entre los niños se ha elevado y que muchos de ellos usan términos de una manera muy normal que nosotros nunca hubiéramos entendido cuando estábamos jóvenes. De la misma manera, muchas personas, en la época en que eran jóvenes, no habrían podido entender si hubieran escuchado de verdades tales como el Espíritu esencial, el Espíritu económico ni la impartición del Dios Triuno, pero ahora, todos los jóvenes hablan de estas cosas y lo que dicen es correcto y lógico. Eso es lo que se quiere decir cuando la gente dice que los estudiantes pueden superar a sus maestros.
Que todos seamos capaces de perfeccionar verdaderamente a los jóvenes en la verdad y animarlos a que ellos caven en las profundidades de la Palabra del Señor. Es por ello que hemos sentido la carga de recomendar y promover los mensajes del Estudio-vida. Espero que todos podamos estudiarlos y aplicarlos, y que enseñemos bien a los jóvenes para que así ellos reciban la ayuda que verdaderamente necesitan. Si hacemos esto, el recobro del Señor tendrá un futuro maravilloso.
(
Verdad, la vida, la iglesia y el evangelio las cuatro grandes columnas del recobro del Señor, La, capítulo 1, por Witness Lee)