CÓMO USAR LOS ESTUDIOS-VIDA DE LA BIBLIA
La Biblia es una obra de literatura muy especial. Aunque no se centra en ningún asunto en particular, sí posee un tema central que es bastante exhaustivo, pues comprende muchos asuntos. Con el paso de los siglos, la mayor dificultad que han tenido aquellos que leen la Biblia ha sido el no poder ver la luz central de la Biblia y lo exhaustiva que es esta luz. Por esta razón, su entendimiento de la Biblia ha sido fragmentado y tangencial; es decir, sólo han captado una idea aquí y otra idea allá, pero no han podido obtener un entendimiento completo. Si queremos obtener un entendimiento completo de la Biblia, debemos ver que ella sólo posee un centro, y que este centro abarca muchos asuntos, es decir, que es exhaustivo.
Conforme a este principio, los estudios-vida de la Biblia también poseen un centro. Además, contienen muchas explicaciones y definiciones de diversos asuntos, por lo que también son exhaustivos. Es por eso que cuando estudiamos los estudios-vida, siempre recibimos de ellos el suministro de vida, como también cierto conocimiento de la verdad. Sin embargo, puesto que dichos mensajes son exhaustivos y no se centran en ningún asunto en particular, es difícil que la gente vea el centro. Es por esto que al estudiar los estudios-vida con las personas, debemos recalcarles el tema central y presentarles los puntos principales.
Recalcar el tema central y todos sus aspectos
Tomemos como ejemplo el Estudio-vida de Éxodo. Todos los estudiantes de la Biblia saben que el libro de Éxodo nos habla acerca de Cristo y que Cristo es el centro de dicho libro. Sin embargo, saber esto de una manera tan simple no es suficiente. Así que, primero debemos hacerles notar a las personas qué aspectos de Cristo se mencionan en Éxodo. Luego, debemos mostrarles de qué manera Éxodo nos presenta dichos aspectos de Cristo. Algunas personas afirman que Éxodo habla de asuntos tales como la muerte de Cristo y Su resurrección. Esta clase de respuesta es muy general y no nos revela de forma práctica la realidad que vemos y disfrutamos en Éxodo. Por ejemplo, si alguien le preguntara usted qué cenó, usted podría responderle de una manera detallada y decirle que comió pescado, camarones, carne, queso de soya y fruta. De la misma manera, nosotros debemos mostrarles a las personas cómo es que Éxodo nos habla de la muerte de Cristo y Su resurrección. Sólo al hacer esto podremos mostrarles todos los aspectos de Cristo.
El tema central de Éxodo es cómo Cristo llega ser nuestro todo. En primer lugar, Él llegó a ser nuestro Cordero pascual. La sangre del cordero pascual tipifica la sangre preciosa que Cristo derramó para el perdón de nuestros pecados (Mt. 26:28; Jn. 19:34; 1 P. 1:18-19). También tenemos la carne del cordero que tipifica la vida generadora de Cristo como nuestro suministro (Jn. 6:53, 55). Después tenemos los panes sin levadura que tipifican a Jesucristo, quien es nuestro suministro de vida y quien quita todas las cosas pecaminosas y malignas que hay en nuestro ser (1 Co. 5:7-8). Por último, tenemos las hierbas amargas que indican que necesitamos sentir remordimiento y arrepentirnos, es decir, experimentar el sabor amargo de haber participado en cosas pecaminosas.
Cuando examinamos este cuadro, vemos la relación que hay entre comer y vivir. Si queremos vivir, tenemos que comer; y si no comemos, no podremos vivir. El Señor Jesús dijo: “El que me come, él también vivirá por causa de Mí” (Jn. 6:57). Así que, la primera “comida” que se nos presenta en Éxodo es la Pascua. Esta comida nos muestra que Cristo derramó Su preciosa sangre por el perdón de los pecados y que Su vida entra en nosotros como nuestro suministro y alimento, a fin de hacernos capaces de renunciar a todas las cosas pecaminosas. Más aún, cuando pecamos, experimentamos un sabor amargo que nos lleva a arrepentirnos de nuestros pecados.
Luego, cuando los israelitas salieron de Egipto, Dios les proveyó un alimento celestial: el maná, el cual tipifica a Cristo como el suministro celestial de vida que llega a ser nuestro alimento y satisfacción diarios, a fin de que podamos vivir por Él (Jn. 6:31-35, 48-51, 57-58). Más tarde, Dios hizo que los israelitas experimentaran el agua que fluía de la roca hendida. Pablo dijo que todos los israelitas “bebieron la misma bebida espiritual; porque bebían de la roca espiritual que los seguía, y la roca era Cristo” (1 Co. 10:4). Esta agua viva tipifica al Espíritu que fluye del Cristo crucificado y resucitado, quien es el agua todo-inclusiva que nos sacia (Jn. 7:37-39; 1 Co. 12:13). Cristo es también el tabernáculo de Dios; es decir, la morada de Dios y también de nosotros, los sacerdotes. Podemos morar en Él para disfrutar del suministro interno que nos brindan el candelero de oro, la mesa del pan de la presencia y el altar de oro del incienso. Todos éstos son tipos de Cristo.
(
Verdad, la vida, la iglesia y el evangelio las cuatro grandes columnas del recobro del Señor, La, capítulo 1, por Witness Lee)