Verdad, la vida, la iglesia y el evangelio las cuatro grandes columnas del recobro del Señor, La, por Witness Lee

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LA DEFINICIÓN DE LA IGLESIA

El Cuerpo de Cristo

Las cuatro columnas del recobro del Señor son: la verdad, la vida, la iglesia y el evangelio. En el Nuevo Testamento la persona más importante es Cristo, y en segundo lugar, la iglesia. Hoy en día el común de los cristianos en cierta medida presta atención a Cristo, pero no presta mucha atención a la iglesia. Aunque a menudo mencionan la iglesia y hablan acerca de ella, el entendimiento que tienen es que la iglesia es sólo un edificio o una organización humana. Sin embargo, la Biblia claramente nos muestra que la iglesia es el Cuerpo de Cristo (Ef. 1:22b-23). La iglesia fue producida por Cristo, Cristo es la Cabeza de la iglesia, y la iglesia es el Cuerpo de Cristo. Un cuerpo humano no es una organización, sino un organismo vivo. De igual manera, la iglesia no es una organización, sino un organismo. Como creyentes, nosotros somos los miembros de este organismo.

El cuerpo de una persona, aunque tiene muchos miembros, sigue siendo un solo cuerpo. Los miembros del cuerpo son bellos y hermosos, y son capaces de recibir el suministro de vida. Sin embargo, cuando un miembro es separado del cuerpo, no sólo pierde su vida y su función, sino que además causa espanto. Supongamos que alguien se cortara la mano y luego se la diera a usted. Esto le daría un buen susto. Sin embargo, si la mano permanece unida al cuerpo de dicha persona, podría saludarlo calurosamente con un apretón de manos. Es muy lamentable y terrible que muchos cristianos hoy en día sean como una mano que ha sido cortada del cuerpo. Se han convertido en miembros individualistas que están separados del Cuerpo. Además, por estar separados del Cuerpo, carecen del suministro del Cuerpo y dejan de ser útiles en las manos del Señor.

La casa de Dios y de los creyentes

La Biblia también dice que la iglesia es la casa de los creyentes (cfr. Gá. 6:10). En esta casa Dios es el Padre, y nosotros somos los hijos. De ahí que esta casa sea también la casa de Dios (Ef. 2:19; 1 Ti. 3:15; He. 3:6). Si una persona se queda sin hogar, se convierte en un vagabundo. Muchos cristianos son como vagabundos que no tienen hogar. Prefieren ser cristianos “de la calle” que hijos en la casa del padre. Ya sea que la llamemos el Cuerpo de Cristo o la casa de Dios, nosotros, los creyentes necesitamos la iglesia. Puesto que somos miembros del Cuerpo de Cristo, debemos permanecer en el Cuerpo; y puesto que somos hijos en la casa de Dios, debemos permanecer en la casa.

(Verdad, la vida, la iglesia y el evangelio las cuatro grandes columnas del recobro del Señor, La, capítulo 9, por Witness Lee)