Visión la práctica y la edificación de la iglesia como cuerpo de Cristo, La, por Witness Lee

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ASIRNOS A CRISTO COMO REALIDAD PARA CRECER EN TODO EN ÉL

Efesios 4:15 continúa, diciendo: “Asidos a la verdad en amor, crezcamos en todo en Aquel que es la Cabeza, Cristo”. No sólo hablamos la verdad, sino que nos asimos a la verdad. La verdad aquí no se refiere a meras enseñanzas. Asirnos a la verdad significa asirnos a la realidad. No podemos discutir acerca de enseñanzas o formas. Más bien, debemos asirnos a la realidad, que es Cristo. Por ejemplo, no debemos discutir con las personas acerca del bautismo por aspersión o inmersión. En vez de ello, sencillamente debemos asirnos a la realidad del bautismo. La realidad del bautismo consiste en que nos identificamos con Cristo. Hemos sido crucificados, sepultados y resucitados con Él. Esta identificación con Cristo es la realidad misma del bautismo. De manera similar, las hermanas no deben discutir con las personas en cuanto a cubrirse la cabeza, lo cual es externo. Más bien, deberían guardar la realidad de cubrirse la cabeza, que es la autoridad de Cristo, la Cabeza.

El versículo 15 dice que si nos asimos a la realidad, creceremos en todo en Aquel que es la Cabeza, Cristo. Cuando nos asimos a la realidad, crecemos en Cristo. Esto comprueba que la verdad a la cual nos asimos, la realidad, es Cristo. Nosotros nos asimos a Cristo como realidad en todas las cosas. El hecho de que debemos crecer en todo en Cristo indica que en algunas cosas aún no hemos crecido en Él. Crecer en todo en Cristo equivale a ser ocupado completamente por Él. En cada aspecto de todas las cosas debemos ser poseídos por Cristo.

(Visión la práctica y la edificación de la iglesia como cuerpo de Cristo, La, capítulo 6, por Witness Lee)