Visión la práctica y la edificación de la iglesia como cuerpo de Cristo, La, por Witness Lee

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LA EDIFICACIÓN DE LA IGLESIA SE EFECTÚA POR MEDIO DEL CRECIMIENTO DE VIDA

Nuestro crecimiento en vida tiene por finalidad la edificación de la iglesia

Efesios 2:21-22 dice: “En quien todo el edificio, bien acoplado, va creciendo para ser un templo santo en el Señor, en quien vosotros también sois juntamente edificados para morada de Dios en el espíritu”. La palabra creciendo es la palabra clave en el versículo 21. Llegamos a ser el templo de Dios al crecer. En el versículo 22 la frase clave es en el espíritu, la cual no lleva artículo en el griego. La morada de Dios se halla en nuestro espíritu humano. Estos dos asuntos, crecer y “en el espíritu”, son los factores básicos para la edificación de la iglesia.

Los versículos del 11 al 16 del capítulo 4 son una larga oración unida por varias palabras que conectan. El versículo 11 dice: “Él mismo dio a unos como apóstoles, a otros como profetas, a otros como evangelistas, a otros como pastores y maestros”. Como Cabeza el Señor dio todas las personas dotadas a Su Cuerpo como dones. Estos dones no son habilidades, sino personas. Todas las personas dotadas han sido dadas como dones a fin de perfeccionar a los santos para la obra del ministerio, para la edificación del Cuerpo de Cristo (v. 12). Los versículos 13 y 14 dicen a continuación: “Hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del pleno conocimiento del Hijo de Dios, a un hombre de plena madurez, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo; para que ya no seamos niños sacudidos por las olas y zarandeados por todo viento de enseñanza en las artimañas de los hombres en astucia, con miras a un sistema de error”. Aquí Pablo no habla del viento de herejía, sino del viento de enseñanza. No deberíamos pensar que únicamente la herejía es un viento que sopla. Incluso la enseñanza sana, fundamental y bíblica puede llegar a ser un viento que sopla.

El versículo 15 dice: “Sino que asidos a la verdad en amor, crezcamos en todo en Aquel que es la Cabeza, Cristo”. La verdad mencionada aquí es Cristo mismo. Nos asimos a Cristo, que es la verdad, la realidad, y crecemos en Él no sólo en una cosa, sino también en todas las cosas, en todos los aspectos y en todas las direcciones de nuestra vida, en todo lo que somos, en todo nuestro ser. El versículo 16 concluye, diciendo: “De quien todo el Cuerpo, bien unido y entrelazado por todas las coyunturas del rico suministro y por la función de cada miembro en su medida, causa el crecimiento del Cuerpo para la edificación de sí mismo en amor”. Este versículo nuevamente nos dice que el crecimiento en vida es para la edificación de la iglesia.

En 1 Pedro 2:2-3 se nos dice: “Desead, como niños recién nacidos, la leche de la palabra dada sin engaño, para que por ella crezcáis para salvación, si es que habéis gustado lo bueno que es el Señor”. El versículo 23 del capítulo 1 habla acerca de la regeneración. En la regeneración nacimos de nuevo como niños espirituales. Ahora como niños recién nacidos debemos crecer. Si hemos gustado lo bueno que es el Señor, realmente desearemos tomar la leche de la palabra para que crezcamos. Los versículos 4 y 5 del capítulo 2 nos dicen el propósito del crecimiento en vida. Estos versículos dicen: “Acercándoos a Él, piedra viva, desechada por los hombres, mas para Dios escogida y preciosa, vosotros también, como piedras vivas, sois edificados como casa espiritual hasta ser un sacerdocio santo, para ofrecer sacrificios espirituales aceptables a Dios por medio de Jesucristo”. El sacerdocio santo es la casa espiritual que es edificada por medio del crecimiento en vida.

(Visión la práctica y la edificación de la iglesia como cuerpo de Cristo, La, capítulo 11, por Witness Lee)