Visión la práctica y la edificación de la iglesia como cuerpo de Cristo, La, por Witness Lee

Más extractos de este título...

LA ECONOMÍA DEL MISTERIO ESCONDIDO EN DIOS

Casi todos los asuntos que se revelan con respecto al plan eterno de Dios para la iglesia se encuentran en dos libros: Efesios y Colosenses. Efesios contiene la revelación del Cuerpo, mientras que Colosenses presenta la revelación en cuanto a la Cabeza. Si juntamos estos dos, tenemos el hombre universal, la Cabeza con el Cuerpo. A fin de conocer el Cuerpo, necesitamos conocer la Cabeza, y a fin de conocer la Cabeza, tenemos que conocer el Cuerpo. Por lo tanto, si hemos de conocer Efesios, necesitamos conocer Colosenses, y si hemos de conocer Colosenses, tenemos que conocer Efesios. A fin de conocer el plan eterno de Dios con respecto a la iglesia, tenemos que venir al libro que trata acerca del Cuerpo, Efesios, con la ayuda del libro que trata acerca de la Cabeza, Colosenses.

Efesios 3:9-11 dice: “De alumbrar a todos para que vean cuál es la economía del misterio escondido desde los siglos en Dios, que creó todas las cosas; a fin de que la multiforme sabiduría de Dios sea ahora dada a conocer por medio de la iglesia a los principados y autoridades en los lugares celestiales, conforme al propósito eterno que hizo en Cristo Jesús nuestro Señor”. Les pediría a los hermanos y hermanas jóvenes que se memoricen estos tres versículos, de ser posible. La frase de alumbrar, hallada en el versículo 9, significa “sacar a luz”. La palabra griega traducida “todos” es una palabra todo-inclusiva, que incluye los hombres, los ángeles, el cielo, la tierra y los muchos elementos de la creación.

El versículo 9 también habla acerca de la economía del misterio. Economía y misterio son dos grandes palabras en la Biblia. Un diccionario completo da el origen de la palabra economía, mostrando que economía proviene de la palabra griega oikonomía. Esta economía estaba escondida en Dios. Antes de la creación sólo existía Dios mismo. En ese tiempo sólo Dios mismo conocía el misterio. Entonces, desde el tiempo de la creación, Dios nunca le dijo a nadie acerca de Su misterio. A lo largo de las edades este misterio sólo lo conocía Dios mismo; era algo escondido en Dios como un misterio que ninguna de las criaturas conocía, incluyendo los ángeles.

(Visión la práctica y la edificación de la iglesia como cuerpo de Cristo, La, capítulo 1, por Witness Lee)