EL CAPITAL, EL PODER Y LA SABIDURÍA
EN LA ECONOMÍA DE DIOS
Todos los asuntos mencionados anteriormente se relacionan con el propósito, el objetivo, la meta y la intención de Dios. Además, a fin de tener un negocio, una economía, necesitamos tres cosas. En primer lugar, necesitamos el capital, las finanzas, los fondos. Si no tenemos el capital, no podemos hacer nada. Luego, también necesitamos el poder, la fuerza, para dirigir nuestra corporación. En tercer lugar, necesitamos la sabiduría, la mejor manera para hacer las cosas. Podríamos tener la corporación más grande con el mayor capital, pero si no tenemos el poder, no podemos hacer nada. De manera similar, si tenemos el capital y el poder, pero no poseemos la sabiduría necesaria para dirigir la corporación en la manera correcta, llevaremos la corporación a la quiebra. Una corporación exitosa necesita el capital, el poder y la manera, es decir, la sabiduría. En los dos libros de Efesios y Colosenses, podemos ver estos tres asuntos con respecto a la economía de Dios, Su administración y “corporación”.
El capital en la economía de Dios es Dios mismo. Efesios 3:19 dice que la iglesia está llena hasta toda la plenitud de Dios. Dios mismo es las finanzas. Él mismo es el mayor capital con el cual dirige Su negocio. La plenitud de Dios en la iglesia es la plenitud de la Deidad que habita corporalmente en Cristo (Col. 2:9). Por lo tanto, la plenitud de Dios, es decir, Dios mismo con todo lo que Él es, es el capital mismo, las finanzas, de Su economía.
En estos dos libros también tenemos el poder. Efesios 1:19 y 20 hablan acerca de la supereminente grandeza de Su poder para con nosotros los que creemos, según la operación del poder de Su fuerza, que hizo operar en Cristo, resucitándole de los muertos y sentándole a Su diestra en los lugares celestiales. Esto es el poder divino. Además, el apóstol Pablo nos dice que el poder según el cual ministraba era un poder interior vigorizante (Col. 1:29). En el interior de Pablo, había algo que lo vigorizaba todo el tiempo, y él servía y ministraba por medio de este poder.
Además, la sabiduría necesaria para la economía de Dios es Cristo como sabiduría de Dios. En 1 Corintios 1:24 se nos dice que Cristo es el poder de Dios y la sabiduría de Dios. Por lo tanto, Dios mismo, el poder divino de Dios, y la multiforme sabiduría divina de Dios son los tres asuntos esenciales para la economía de Dios. La economía de Dios, Su corporación, se lleva a cabo por Dios mismo en calidad de capital, el poder divino de Dios, y la sabiduría divina de Dios en calidad de la manera de proceder. ¡Alabado sea el Señor, la iglesia es el centro mismo de esta economía! Dios lleva a cabo esta economía, es decir, Él produce la iglesia, consigo mismo como capital, por medio de Su propio poder divino y según Su propia manera divina, Su sabiduría divina.
(
Visión la práctica y la edificación de la iglesia como cuerpo de Cristo, La, capítulo 1, por Witness Lee)