Solo Cuerpo, un solo Espíritu, y un solo y nuevo hombre, Un, por Witness Lee

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CRECEMOS AL TOMAR A CRISTO COMO NUESTRA PERSONA

Queridos hermanos y hermanas, ¿desean ustedes crecer? En el pasado, debido a nuestra falta de conocimiento, los requisitos que consideramos para el crecimiento se encontraban en un nivel muy bajo y eran muy limitados. Dijimos que a fin de crecer, primero teníamos que acudir a la presencia del Señor para confesarle nuestros pecados. No estoy diciendo que esto esté equivocado. Primero debemos pedirle al Señor que nos ilumine, y luego confesar nuestros pecados uno por uno y aplicar la preciosa sangre del Señor. Después de confesar nuestros pecados, debemos consagrarnos. Luego después de consagrarnos, debemos pedirle diariamente al Señor que nos dirija en todos los asuntos, sean éstos grandes o pequeños. Estas prácticas también son correctas. Sin embargo, estos requisitos no son lo suficientemente elevados. ¿Cuál es entonces este requisito elevado? El requisito que es lo suficientemente elevado es que nosotros vivamos en función del nuevo hombre universal. Debemos tomar al Señor Jesús como nuestra persona; esto incluye todo lo demás, como por ejemplo, tomar medidas con respecto a nuestros pecados, consagrarnos y buscar la voluntad de Dios.

Ciertamente es necesario que demos un mensaje tras otro, a fin de quitar los velos de cada uno de nosotros hasta que podamos ver que hoy en el recobro del Señor necesitamos llegar a ser el nuevo hombre universal, y que todos debemos responder conjuntamente para tomar a Cristo como nuestra persona. Todos los hermanos y hermanas de Japón, las islas del Pacífico Sur, Taiwán, Hong Kong, Singapur, Indonesia, Australia y Nueva Zelanda, deben tomar a Cristo como su persona. Independientemente de si somos de Europa, Norteamérica, Suramérica o África, todos debemos tomar a Cristo como nuestra única persona. Cuando esto suceda, el nuevo hombre se hará manifiesto en la tierra en la justicia y la santidad de la realidad. Esto es la iglesia y el nuevo hombre. Los que entre nosotros son personas dotadas, ya sea apóstoles o profetas o evangelistas o pastores y maestros, todos deben tomar esto como su meta. Debemos perfeccionar a los santos, localidad por localidad, hasta que todos ellos lleguen a un punto en que tomen a Cristo como su persona.

Hermanos y hermanas, siento una enorme carga al respecto. Mi esperanza con respecto a ustedes esta noche es que vean en la Biblia algo que es muy elevado, algo que no sólo el cristianismo, sino aun nosotros mismos no hemos tocado todavía. Podemos afirmar que en este entrenamiento únicamente hemos empezado a tratar este asunto tan elevado. ¿A qué asunto nos referimos? Al hecho de que la iglesia no es simplemente un grupo de cristianos que se han congregado; la iglesia es la plenitud de Cristo y el nuevo hombre en la tierra. Sobre esta tierra hay un hombre extremadamente grande y viejo, y este viejo hombre es el linaje adámico, los descendientes de Adán. Sin embargo, hoy Dios desea obtener en la tierra otro hombre, el nuevo hombre.

Como les he dicho, hoy en día, debido a que todos los avances tecnológicos que se siguen dando cada mes e incluso cada día, tanto en el transporte como en las comunicaciones, todos los pueblos del linaje adámico de toda la tierra prácticamente han venido a ser uno. Por ejemplo, cuando Hollywood produce algo, se hace popular en toda la tierra. Cuando los Estados Unidos produce algo nuevo, enseguida lo adquieren Hong Kong y Japón. Éste es el viejo hombre universal. El linaje adámico hoy se ha convertido en ser el viejo hombre universal. Todos los que componen este viejo hombre son igual de corruptos, malignos, impuros, fornicarios y desenfrenados. Así como la ciudad de Nueva York es un caos total, también lo es París, Hong Kong, Tokio y Copenhague. La condición es igual de perversa en todo lugar. Cuando en cierto lugar surge un nuevo estilo de baile, éste se vuelve popular en todas partes por cierto tiempo. Tomemos como ejemplo la ropa. Puesto que a menudo viajo a muchos lugares del mundo, me ha sorprendido muchas veces lo que he visto. Algo que recién ha salido en el mercado de los Estados Unidos, casi de forma simultánea entra en el mercado en otros lugares. ¿Qué es esto? Les diré lo que es: esto es tomar al diablo como la persona para producir el viejo hombre, el cual es tenebroso, maligno y corrupto.

Sin embargo, agradecemos al Señor porque hoy Él desea obtener este nuevo hombre aquí en la tierra. El cristianismo actual de ninguna manera satisface esta necesidad, puesto que está completamente dividido y todos allí se comportan de forma independiente. El Señor anhela obtener un solo y nuevo hombre sobre la tierra; por lo tanto, nosotros debemos responder y tomar a Cristo como nuestra persona corporativa. Si deseamos tomar determinada decisión o vivir de cierta manera, no podemos hacerlo por nuestra propia cuenta, sino que debemos tomar a Cristo como nuestra persona en el nuevo hombre y con el nuevo hombre. Este requisito es tremendo y elevado. De esta manera el nuevo hombre crece y madura, y nosotros llegamos a ser un hombre de plena madurez.

Les repito una vez más, me siento muy contento de ver que la mayoría de ustedes, hermanos y hermanas que viven en el Lejano Oriente, son una nueva generación y después de escucharlos me doy cuenta de que han comido bastante. Ésta es una muy buena señal. En otras palabras, ustedes están en el camino correcto que los llevará a crecer. Sin embargo, no deben olvidar que esto es sólo el comienzo, pues aún deben llegar a un hombre de plena madurez.

Si el hombre de plena madurez llega a surgir, entonces ciertamente tendremos la medida de la estatura de la plenitud de Cristo. Si ustedes toman a Cristo como su persona, entonces ciertamente lo tomarán como su vida. Tomar a Cristo como su persona está relacionado con el nuevo hombre, mientras que tomar a Cristo como su vida está relacionado con el Cuerpo. Si usted toma a Cristo como su persona, entonces podrá crecer y madurar. El resultado de ello será que el Cuerpo de Cristo crecerá y tendrá la medida adecuada de la estatura de la plenitud de Cristo. Así pues, pueden ver que mientras crezcamos y maduremos, tendremos la medida necesaria de la estatura de la plenitud. En otras palabras, si toma a Cristo como su persona, entonces ciertamente tendrá a Cristo como su vida. Tomar a Cristo como nuestra persona contribuye al crecimiento del nuevo hombre, mientras que tomar a Cristo como nuestra vida contribuye al aumento de la medida de la estatura del Cuerpo.

(Solo Cuerpo, un solo Espíritu, y un solo y nuevo hombre, Un, capítulo 6, por Witness Lee)