Solo Cuerpo, un solo Espíritu, y un solo y nuevo hombre, Un, por Witness Lee

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EL SIGNIFICADO DE LA IGLESIA EN CUATRO NIVELES: LA ASAMBLEA, LA CASA, EL CUERPO Y EL HOMBRE

En el idioma chino la palabra iglesia de inmediato comunica el pensamiento de que la iglesia es una congregación. No podemos decir que esté mal concebir la iglesia como una congregación, pero esta noción es demasiado humana, natural y religiosa. Según los conceptos humanos, naturales y religiosos, la iglesia es una congregación humana relacionada con una creencia o una religión; es una congregación religiosa. Sin embargo, si hablamos de ella basándonos en las palabras de la Biblia, la iglesia es la casa de Dios, o mejor dicho, la familia de Dios. La casa se refiere principalmente a la morada, y la familia se refiere a los miembros de la casa. Estas expresiones definen la iglesia conforme a la Biblia. En 1 Timoteo 3:15 se nos habla de la casa de Dios, la iglesia del Dios viviente. La iglesia como la casa de Dios es tanto Su morada como Su familia.

Esta expresión es un poco más elevada que el concepto que comúnmente se tiene, pero no es lo suficiente elevada. Una perspectiva más elevada de la iglesia es que ella es el Cuerpo de Cristo. Esto es bastante elevado, mas no lo suficiente. Desde la época en que se levantó la Asamblea de los Hermanos en Inglaterra el siglo pasado, se han divulgado todos estos aspectos de la iglesia. Ellos vieron que la iglesia es la asamblea de los llamados, que la iglesia es la casa de Dios y que la iglesia es el Cuerpo de Cristo. Sin embargo, la Biblia no se detiene ahí con respecto al tema de la iglesia. En la Biblia encontramos una expresión aún más elevada: ésta es que la iglesia es un nuevo hombre, un hombre. Así pues, ahora debemos ver que la iglesia es una asamblea, una casa, un Cuerpo y un hombre.

En la asamblea como una congregación, todos son miembros. Pero ¿qué se requiere de los miembros de una congregación? Tienen que amarse unos a otros: todos formamos parte de una congregación, y como miembros de esta congregación, debemos amarnos unos a otros. Desde niño escuché esta clase de hablar. En el cristianismo, lo que principalmente se escucha es que la iglesia es un grupo de personas que comparten las mismas convicciones. La Iglesia Presbiteriana, la Iglesia Bautista, la Iglesia Metodista, la Iglesia Luterana y la Iglesia Episcopal, todas ellas, dicen que puesto que cada creyente es un miembro, todos tienen que amarse unos a otros.

Cuando avanzamos un poco, decimos que la iglesia es la casa de Dios. Hablar de la casa o la familia es más íntimo que hablar de una congregación o una asamblea. Es muy diferente amarnos unos a otros como miembros de una congregación que como miembros de una casa, una familia. Si yo les presento a un miembro de mi familia, ustedes de inmediato perciben que la relación es mucho más íntima.

Tal vez pensemos que ya esto de por sí es bueno, pero no es lo suficientemente elevado. Cuando avanzamos un poco más, vemos que la iglesia es el Cuerpo de Cristo. Con respecto al Cuerpo, lo crucial no es amarnos unos a otros de manera íntima, sino el hecho de que somos miembros los unos de los otros. Aunque pueda haber distinciones entre los miembros, ellos de ningún modo pueden separarse. La mano y el brazo son distintos, pero son inseparables. Dos hermanos son miembros de la misma familia y pueden jugar juntos cuando están contentos el uno con el otro. Pero si llegaran a sentirse descontentos, se separarían; uno se iría a la playa en Keelung y el otro se iría al monte de Ali. Sin embargo, el brazo y la mano de ningún modo pueden separarse. Ni siquiera podrían irse a cuartos adyacentes, mucho menos a dos lugares distintos como la playa y la montaña, porque una vez que se separan están acabados.

Al final, la Biblia nos presenta la iglesia como un solo y nuevo hombre. No puedo encontrar ningún tipo que sea representativo del nuevo hombre. En el Cuerpo tenemos los miembros; en la casa tenemos los miembros de la familia; y en la asamblea tenemos los miembros de la asamblea. Pero ¿qué tenemos en el hombre? Lo único que tenemos es la persona. En el nuevo hombre, no tenemos nada más, sino únicamente la persona. Este nivel es tan elevado que no puede ser más elevado, tan estricto que no puede ser más estricto y tan íntimo que no puede ser más íntimo. Todos somos un nuevo hombre; en este nuevo hombre sólo existe una persona: la persona del Señor Jesús.

(Solo Cuerpo, un solo Espíritu, y un solo y nuevo hombre, Un, capítulo 7, por Witness Lee)