LA IGLESIA ES UN SOLO CUERPO
Ahora quisiéramos decir algo en cuanto al único Cuerpo. Cuando yo era joven, escuché la predicación de los cristianos fundamentalistas, y también leí libros escritos por ellos. Ellos decían que el Nuevo Testamento emplea muchas expresiones figurativas para describir a la iglesia, tales como la esposa y el cuerpo. También decían que ello no significa que la iglesia en realidad sea una esposa o un cuerpo, sino que simplemente se compara a la iglesia con una esposa o un cuerpo. En ese entonces, yo escuché lo que decían y me parecía bastante lógico, pero poco a poco fui descubriendo en mi propia experiencia que la iglesia como el cuerpo no es simplemente un lenguaje figurativo; la iglesia hoy es de hecho el Cuerpo. El Nuevo Testamento no dice que la iglesia como el cuerpo sea una expresión figurativa; más bien, dice que nosotros, siendo muchos, somos un solo Cuerpo. ¡Nosotros somos un solo Cuerpo!
De joven escuchaba con frecuencia a un misionero inglés dar su sermón favorito: Amaos unos a otros. A veces él dejaba de venir a la reunión de la mesa del Señor por cierto tiempo porque, según él, nosotros no nos amábamos unos a otros y debíamos cumplir este requisito antes de participar del pan. Por esta razón, escuché muchas veces la enseñanza acerca de amarnos unos a otros. Pero, hermanos y hermanas, la necesidad hoy no es simplemente amarnos unos a otros. Además de esto, debemos saber que somos miembros los unos de los otros. Permítanme usar nuestro cuerpo de ejemplo. Supongamos que los brazos no aman a los hombros, y que las manos no aman a los brazos, o supongamos que los brazos se arrepienten de tener que sujetarse a los hombros y que las manos se lamentan por tener que sujetarse a los brazos. El Señor podría decir: “Es demasiado tarde para arrepentirse, porque la mano es la mano y el brazo es el brazo. Sea que te guste o no, tú eres lo que eres. Eso no depende de ti, pues es algo que Yo he dispuesto”.
No creo que haya dos personas en la tierra hoy que puedan amarse por la eternidad sin que en algún momento sientan mutuo desagrado. De hecho, ¿qué esposo y esposa que verdaderamente se aman pueden testificar que nunca ha encontrado que el uno o el otro no se pueda querer? Puedo testificar que en un mismo día mis sentimientos pueden variar muchas veces: a las seis de la mañana puedo sentir que amo a mi esposa, y diez minutos más tarde puedo sentir que no la amo; sin embargo, después de quince minutos vuelvo a sentir que la amo. Por consiguiente, el amarnos unos a otros es bastante inestable. La Biblia no sólo nos dice que debemos amarnos los unos a los otros, sino que también somos miembros los unos de los otros. Aquellos que se aman unos a otros son miembros los unos de los otros; aquellos que no se aman unos a otros aún son miembros los unos de los otros. Aun si rechinamos los dientes, el hecho de que somos miembros los unos de los otros no cambia; así que no tenemos otra alternativa. Según el comportamiento de la gente del mundo, si un esposo y una esposa no se aman, se divorcian; sin embargo, la mano jamás puede divorciarse del brazo. Hoy en día no sólo nos amamos unos a otros, sino que también somos miembros los unos de los otros.
Es preciso que veamos lo que es la iglesia. La iglesia es el Cuerpo, y únicamente existe un Cuerpo. Ustedes necesitan recibir luz y revelación para ver que la iglesia es el Cuerpo. En la tierra hoy está el cristianismo, pero eso no es el Cuerpo. También están aquellos que aman al Señor, pero eso no es el Cuerpo. Asimismo están aquellos que son muy refinados, pero eso no es el Cuerpo. Por último, están aquellos que buscan la espiritualidad, pero eso no es el Cuerpo. Lo que el Señor desea hoy no es su espiritualidad ni su esfuerzo por ser una mejor persona; Él desea el Cuerpo. Sólo existe un solo Cuerpo. Hermanos y hermanas, puedo asegurarles que, a menos que haya una expresión sustanciosa del Cuerpo, el Señor Jesús jamás regresará. El Señor dijo: “Vengo pronto”, pero aún no ha regresado. ¿Por qué? Porque el Cuerpo no está aquí; porque el Cuerpo aún no se ha hecho manifiesto en la tierra.
(Solo Cuerpo, un solo Espíritu, y un solo y nuevo hombre, Un, capítulo 1, por Witness Lee)