EL SECRETO DE LLEGAR A SER
UN SOLO Y NUEVO HOMBRE
Ahora debemos ver cómo podemos llegar a ser un solo y nuevo hombre. Esto no se logra por medio de algún método, ordenanza u organización particular. No se logra con ninguna de estas cosas. Efesios 4:13-16 es un breve pasaje de la Biblia, pero en él se halla todo el secreto. El secreto para que todos los santos de toda la tierra lleguen a ser un solo y nuevo hombre depende primero de que ellos se asgan a la verdad en amor. No tomen estas palabras a la ligera. ¿Es la práctica de cubrirse la cabeza la verdad, la realidad? Es necesario que todos vean que la práctica de cubrirse la cabeza no es la verdad. La práctica de cubrirse la cabeza implica una verdad, y ella es que Cristo es nuestra Cabeza con Su autoridad. Hermanas, no deben asirse a esta práctica ni a lo que usan para cubrir su cabeza. No me opongo a que lo usen; cuando ustedes oran, deben cubrirse la cabeza, pero eso no es la verdad, no es la realidad. La realidad es que Cristo es la Cabeza con la debida autoridad, y ésta es la verdad a la cual nos asimos.
De la misma manera, con respecto al asunto del bautismo, ni el bautismo por aspersión ni por inmersión son la realidad; la verdad es que nosotros fuimos sepultados y resucitados juntamente con Cristo. Debemos asirnos a esta verdad en amor. Ninguna de las ordenanzas y métodos externos es la realidad. Nunca debemos discutir acerca del método, sino que siempre debemos asirnos a la verdad en amor. En palabras sencillas, la verdad es Cristo mismo. Asirnos a la verdad significa asirnos a Cristo.
Además de esto, debemos crecer en Cristo en todo. Hermanos y hermanas, independientemente de si ustedes son de África o Australia, o si son de raza blanca, amarilla o negra, todos debemos crecer en Cristo en todo. La palabra todo aquí significa todas las cosas, grandes y pequeñas; debemos crecer en Cristo en todas las cosas. Incluso hoy en día todavía hay muchas cosas en las que no nos hallamos en Cristo, sino fuera de Él. Debemos crecer en Cristo en todas las cosas, sean grandes o pequeñas. Usted tiene a Cristo en usted, pero todavía hay muchas cosas en usted que no han crecido en Cristo. Esto está relacionado enteramente con el Espíritu. Por lo tanto, crecer en Cristo es crecer en el Espíritu. Sus palabras deben estar en el Espíritu; sus acciones, su arreglo y atavío deben hallarse en el Espíritu; la manera en que se relaciona con los demás, la manera en que trata los asuntos y la manera en que trata a las personas también debe hallarse en el Espíritu. Usted debe procurar hallarse en el Espíritu en todas las cosas.
Debemos asirnos a Cristo como la verdad y crecer en Cristo, el Espíritu vivificante, en todas las cosas. Esto hará que seamos el nuevo hombre. Si crecemos en Cristo en todo, entonces en Cristo no existirá esta clase de persona o aquella clase de persona. No habrá ninguna clase de persona, sino solamente Cristo, quien es el todo y está en todos. Éste es el nuevo hombre. Cuando nos asimos a Cristo como la verdad en amor y crecemos en Él en todo, entonces ya no seremos muchas clases de personas. Cuando crecemos en Cristo en todo, todos sencillamente seremos uno en Cristo. Éste es el nuevo hombre, el cual es único.
El versículo 16 continúa diciendo que todo el Cuerpo procede desde Él y a partir de Él, es decir, que es una entidad que procede de Él. Si usted nunca ha crecido en Él, entonces jamás ha procedido de Él. El versículo 15 dice que nosotros debemos crecer en Él en todo, y el versículo 16 dice que todo el Cuerpo procede de Él y a partir de Él. Hermanos y hermanas, es preciso que veamos que en todas las localidades estamos haciendo una sola cosa: ministrar a Cristo y orar para que los demás puedan asirse a Cristo como la verdad en amor y crecer en Él en todo. Finalmente, no veremos esta clase de personas o aquella clase de personas, sino que únicamente veremos a Cristo. Éste es el nuevo hombre. Cuando crecemos en Cristo de esta manera, espontáneamente permitimos que Cristo sea la persona. Cristo como la persona no denota algo individual o local, sino universal.
Las iglesias en nuestras diferentes localidades no tienen reglas estrictas que nos regulen para que todos seamos iguales y hagamos lo mismo. Sin embargo, debido a que los hermanos y hermanas en todo lugar se asen a Cristo como la verdad en amor y crecen en Él en todas las cosas, el resultado de ello es que espontáneamente todos tomamos a Cristo como nuestra persona. Si usted crece en Cristo en todas las cosas, entonces Él será su persona. Si todos los hermanos y hermanas de los seis continentes toman a Cristo como su persona, entonces espontáneamente todos los hermanos y hermanas de la tierra que forman parte de Su recobro serán un solo y nuevo hombre.
(Solo Cuerpo, un solo Espíritu, y un solo y nuevo hombre, Un, capítulo 7, por Witness Lee)