ESTAMOS ABORDANDO LOS TEMAS MÁS PROFUNDOS
En estos mensajes, podemos afirmar que estamos abordando algunos de los temas más profundos del Nuevo Testamento, y también podemos afirmar que éstos son asuntos que por muchos siglos el cristianismo no ha tratado. La iglesia es el Cuerpo de Cristo. La palabra Cuerpo ha sido usada muchas veces en los escritos del cristianismo, pero los escritores no han tratado los puntos específicos relacionados con el Cuerpo, ni han visto la visión del Cuerpo. Damos gracias al Señor porque en los pasados años Dios nos ha revelado esta visión en Su Palabra con toda claridad. Sin embargo, quienes recibamos esta visión necesitamos una preparación previa o haber alcanzado cierta condición. En los años anteriores, no vimos la necesidad de esta preparación ni de tener determinada condición. Pero ahora en este entrenamiento, siento que la condición es la apropiada y, por lo tanto, es el momento indicado para que podamos dar estos mensajes.
La visión, la revelación, en cuanto al Cuerpo es muy profunda. Por lo tanto, cuando hablemos de él, debemos hablar con mucha precisión. Es cierto que el Cuerpo es la iglesia, pero eso no significa que sea un asunto objetivo. El Cuerpo es las riquezas de Cristo que al forjarse en nosotros nos constituyen la plenitud de Cristo. Las riquezas de Cristo son lo que Cristo es para nosotros. La plenitud de Cristo no es lo que Cristo es para nosotros, sino que más bien la plenitud de Cristo es lo que nosotros somos para Cristo. Cristo es nuestras riquezas, y nosotros somos la plenitud de Cristo. Para nosotros, Cristo es las riquezas; y para Cristo, nosotros somos la plenitud. Sin embargo, esta plenitud no está constituida por nosotros mismos ni con nosotros. Aunque es cierto que la plenitud es lo que nosotros somos para Cristo, esta plenitud está constituida del elemento de Cristo; es decir, es las riquezas de Cristo que al forjarse en nuestro ser nos constituyen o convierten en Su plenitud. Por esta razón, cuando tratamos este asunto, debemos ser muy precisos con nuestras palabras.
(Solo Cuerpo, un solo Espíritu, y un solo y nuevo hombre, Un, capítulo 5, por Witness Lee)