Solo Cuerpo, un solo Espíritu, y un solo y nuevo hombre, Un, por Witness Lee

Más extractos de este título...

EL ESPÍRITU ES LA VIDA DEL CUERPO Y LA PERSONA DEL NUEVO HOMBRE

Nosotros sabemos que el Cuerpo requiere vida, y que el nuevo hombre requiere una persona. Con relación a la iglesia como el Cuerpo de Cristo, es necesario que Cristo sea nuestra vida; y con relación a la iglesia como el nuevo hombre, es necesario que Cristo sea nuestra persona. Aquí quisiera señalar claramente que, por un lado, el Espíritu es vida, y por otro, Él es una persona. El Espíritu no sólo es vida para nosotros, sino también una persona. En el Nuevo Testamento, usted puede encontrar ciertos pasajes que recalcan que el Espíritu es vida. Por ejemplo, el Señor dijo: “El Espíritu es el que da vida; [...] las palabras que Yo os he hablado son espíritu y son vida” (Jn. 6:63). No hay ninguna duda de que el Espíritu aquí se refiere a la vida. Este Espíritu no tiene que ver aquí con una persona, sino con la vida. En otras palabras, el Espíritu aquí no tiene que ver con el hecho de tomar decisiones, sino con el hecho de brindar un suministro. El Espíritu es vida a fin de ser nuestro suministro. Sin embargo, otros pasajes, al referirse al Espíritu, recalcan la persona y no la vida. Por ejemplo: “El que se une al Señor, es un solo espíritu con Él” (1 Co. 6:17). El énfasis en cuanto al Espíritu en este pasaje no es la vida, sino la persona; el énfasis no es la vida que nos brinda un suministro, sino la persona que guía y toma las decisiones.

Reconocemos que este punto es nuevo para nosotros. Estoy seguro de que en el pasado no hemos hablado de esta manera, esto es, que el Espíritu es, por un lado, vida para nosotros y, por otro, una persona para nosotros. En el pasado dijimos que la vida se encuentra en el Espíritu, y también afirmamos que el Espíritu es la persona del Señor. Jesús es el nombre, y el Espíritu es la persona. Cuando invocamos “Señor Jesús”, el Espíritu viene, y de inmediato tenemos con nosotros al Espíritu. Asimismo, cuando este Espíritu entra en nosotros, Él llega a ser nuestra vida. Aunque hemos hablado de estas cosas, la luz nunca había sido tan clara como lo es hoy en día. Hoy podemos ver claramente que, con relación al Cuerpo, el Espíritu es vida, y con relación al nuevo hombre, el Espíritu es una persona. Un Cuerpo, un solo y nuevo hombre y un solo Espíritu. Este único Espíritu es la vida del Cuerpo y la persona del nuevo hombre.

En 1 Corintios 12:13 dice que todos fuimos bautizados en un solo Cuerpo, sean judíos o griegos, sean esclavos o libres. ¿Dónde fuimos bautizados? En un solo Espíritu. En un solo Espíritu fuimos todos bautizados en un solo Cuerpo. Además, a todos se nos dio a beber de un mismo Espíritu. Este pasaje se refiere al Espíritu dos veces: una con relación al bautismo y la otra con relación al beber. El bautismo es la manera en que nosotros entramos en este Espíritu, y el beber es la manera en que este Espíritu entra en nosotros. El énfasis aquí no es el Espíritu como una persona, sino como vida.

Otro pasaje, Filipenses 1:19, habla acerca de la abundante suministración del Espíritu de Jesucristo. Ustedes tienen que reconocer que este pasaje habla del Espíritu como una persona. Puesto que es Él quien viene a darnos el suministro, aquí no sólo se está hablando de la vida, sino también de la persona.

Debemos tener muy claro que con relación al Cuerpo como también con relación al nuevo hombre, lo que necesitamos es el Espíritu. Sin el Espíritu, el Cuerpo carece de vida y el nuevo hombre carece de una persona.

(Solo Cuerpo, un solo Espíritu, y un solo y nuevo hombre, Un, capítulo 9, por Witness Lee)