DEBEMOS TENER EN CUENTA AL NUEVO HOMBRE UNIVERSAL EN NUESTRO ANDAR DIARIO
Quisiera aprovechar esta oportunidad para expresar algo acerca de cómo aplicar el nuevo hombre universal en nuestro andar diario. Si todos hemos recibido la visión respecto al nuevo hombre y hemos visto que todas las iglesias no son iglesias locales por separado, sino el nuevo hombre, estaremos dispuestos a decir: “Señor, deseo recibir gracia y misericordia, junto con todos los santos como parte del nuevo hombre, para tomarte a Ti como la persona que mora en todos nosotros”. Si usted toma a Cristo de esta manera, como la persona de este nuevo hombre corporativo, no se atreverá a decidir nada en su vida por sí mismo. Debido a que usted ve que es parte de las iglesias, las cuales son el nuevo hombre, no se atreverá a decidir nada por su propia cuenta. Puesto que usted es parte del nuevo hombre, sus decisiones y su vivir no deben provenir de usted mismo; éstas deben ser las decisiones y el vivir del nuevo hombre corporativo. Queridos hermanos y hermanas, éste es el requisito máximo y supremo. Es por ello que les digo que el cristianismo le ha fallado al Señor. Si el Señor fuera a buscar el nuevo hombre en el cristianismo, nunca lo hallaría.
Sin embargo, nosotros debemos tener mucho cuidado. Afirmamos que estamos en el recobro del Señor, pero si el Señor viniera a nosotros, ¿podría encontrar a este nuevo hombre? Esto no tiene que ver con localidades ni con iglesias a un nivel individual, pues involucra a todas las iglesias de la tierra de manera corporativa. ¿Son todas las iglesias locales que están sobre la tierra en el recobro del Señor verdaderamente un solo y nuevo hombre? Debido a que la iglesia es el candelero, posiblemente digamos que cada localidad es un candelero. Sin embargo, en cuanto a la iglesia como el nuevo hombre, ¿podría decir que cada localidad es un nuevo hombre? ¡No, no podría hacerlo! Todas las iglesias de la tierra son un solo y nuevo hombre.
En el pasado no teníamos esta luz y, por ende, no dimos mensajes de esta naturaleza. Por consiguiente, dudo que entre nosotros haya un solo hermano o hermana que haya tenido en cuenta a todas las iglesias de la tierra al tomar sus decisiones y en su modo de vivir. Permítanme preguntarles a los hermanos de Hong Kong: al tomar cierta decisión y en la manera en que viven, ¿tienen presente a las demás iglesias de toda la tierra cuando se reúnen a tener comunión, a orar y a considerar lo que van a hacer? ¿Tan siquiera les ha pasado por la mente las iglesias en Australia o en Nueva Zelanda? ¿Han pensado en las iglesias en Alemania, Inglaterra y en otros lugares de Europa? ¿Han pensado en la iglesia en Ghana, África? Más aún, ¿han pensado en las iglesias en Brasil, en Suramérica, y en las iglesias en Canadá y los Estados Unidos, en Norteamérica? ¿Las han tenido en cuenta de esta manera? Podría asegurar que nunca han pensado de esta manera. Cuando mucho deben de haber pensado en los hermanos y hermanas de Hong Kong, y deben haber considerado cómo les parecería a los hermanos y hermanas de Hong Kong sus decisiones. Esto también es un requisito, aunque no tan elevado. Sin embargo, cuando nos damos cuenta de que somos el nuevo hombre y comprendemos que éste no sólo se compone de la iglesia en Hong Kong, sino que incluye a todas las iglesias en toda la tierra, vemos que el requisito en cuanto a las decisiones que tomamos y a nuestra manera de vivir es sumamente elevado.
Así que, espero de todo corazón que de ahora en adelante cada iglesia local, cuando considere hacer algo, cuando se reúna a orar y a tener comunión acerca de cierta decisión que deben tomar, tenga en cuenta a todas las iglesias de la tierra y comprenda que todos somos un solo y nuevo hombre. Entonces las decisiones que tomen y la manera en que vivan serán la norma más elevada, lo cual les exigirá pagar un alto precio. Hermanos y hermanas, espero que todos podamos ver que esto nunca antes se nos había exigido.
(Solo Cuerpo, un solo Espíritu, y un solo y nuevo hombre, Un, capítulo 6, por Witness Lee)