Solo Cuerpo, un solo Espíritu, y un solo y nuevo hombre, Un, por Witness Lee

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EL SECRETO DE DISFRUTAR AL ESPÍRITU

Mi carga en esta ocasión es mostrarles cómo disfrutar al Espíritu. El secreto de disfrutar al Espíritu se halla en 1 Corintios 12:13. Todos debemos creer que ya experimentamos la primera mitad de 1 Corintios 12:13. En un solo Espíritu, es decir, en el Espíritu, todos fuimos bautizados en un solo Cuerpo, sean judíos o griegos. El Espíritu y el Cuerpo están relacionados. Debemos creer que nosotros, como creyentes del Señor, fuimos bautizados en este único Espíritu para entrar en el único Cuerpo. ¿No creen ustedes que están en el Cuerpo hoy? Puesto que ustedes creen que están en el Cuerpo, deben también creer que están en el Espíritu. No tiene ninguna importancia si hablan en lenguas o no. No se distraigan con este asunto. El hecho es que todos nosotros, quienes hemos creído en el Señor, fuimos bautizados en un solo Espíritu para entrar en el único Cuerpo.

Hoy en día el problema tiene que ver con la segunda parte de 1 Corintios 12:13: “Y a todos se nos dio a beber de un mismo Espíritu”. El texto griego aquí es bastante difícil de traducir. El significado del idioma original es que se nos puso en la posición correcta para beber. Es como si afuera hubiera una fuente, y usted me llevara adonde ella está y me pusiera en la posición correcta para beber. De tal manera que yo puedo beber el agua de esa fuente. Desde el primer día en que fuimos bautizados en el Cuerpo, fuimos puestos en una posición en la cual se nos dio a beber de un mismo Espíritu. Todos estamos en la posición correcta para beber del Espíritu.

Cualquiera puede darse cuenta al leer 1 Corintios 12:13 que éste no es un versículo ordinario, sino un versículo muy importante en la Biblia. Todos fuimos bautizados en el Espíritu, y ahora necesitamos beber de este Espíritu. Beber es la manera de recibirlo. Ya fuimos bautizados en el Cuerpo y también fuimos puestos en esta posición; así que ahora necesitamos beber.

El problema del cristianismo es que muchas personas piensan demasiado y no beben lo suficiente. La teología y la enseñanza en el cristianismo están completamente centradas en pensar, no en beber. Sin embargo, yo encontré un secreto: yo no necesito pensar, estudiar, discutir un tema ni citar la Biblia; lo único que hago es beber. Considere un vaso de agua. Por mucho que usted se esfuerce por estudiar, analizar y describir el agua, ni siquiera los científicos entre nosotros quienes pueden haber escrito diez libros sobre el tema, pueden dar una explicación clara acerca de lo que es el agua. Más aún, los científicos podrían dividirse en diferentes grupos y disputar entre ellos. Cuando yo bebo agua de un vaso y ésta entra en mi ser, mi sed se calma y me siento fortalecido; sin embargo, ni siquiera alguien con cinco doctorados puede investigar sobre este vaso de agua y hablar sobre él y explicar claramente lo que es. Si el pequeño cerebro humano no puede explicar en qué consiste un simple vaso de agua, ¿cómo podría explicar cabalmente acerca del Espíritu Santo, el Espíritu de Pentecostés y el Espíritu siete veces intensificado? Esto es imposible.

Los exhorto a todos ustedes a que no piensen, discutan ni escriban acerca del beber; simplemente acérquense y beban. Ésta es la manera más sencilla: venga a beber el vaso de agua. Me temo que ustedes después salgan a hablar acerca del agua, pero ninguno beba el agua. Ustedes no beben simplemente al hablar de ella, ni beben al entenderla ni al describirla correctamente. Yo puedo ser un campesino que no sabe expresarse bien, pero puedo constantemente beber de esta agua. ¡Bebamos todos de esta agua!

(Solo Cuerpo, un solo Espíritu, y un solo y nuevo hombre, Un, capítulo 9, por Witness Lee)