Solo Cuerpo, un solo Espíritu, y un solo y nuevo hombre, Un, por Witness Lee

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LA MANIFESTACIÓN DEL NUEVO HOMBRE ESTÁ COMPLETAMENTE RELACIONADA CON LA VIDA ESPIRITUAL

En este mensaje deseo tener comunión con ustedes respecto a algo más. Recuerden que la manifestación del nuevo hombre no vendrá como resultado de un movimiento. Más bien, depende por completo de la vida espiritual, la cual es nuestro Señor Jesús que llega a ser nuestra vida en verdad y en la práctica. No se trata de que usted me entusiasme a mí y yo lo entusiasme a usted; más bien, se trata de que cada uno de nosotros exprese a Cristo en nuestro vivir al disfrutarlo y experimentarlo. Esto es algo completamente relacionado con la vida de Cristo. Por una parte, ahora estamos muy entusiasmados porque hemos visto que los seis continentes se han convertido en un solo y nuevo hombre. Pero por otra parte, no queremos realizar ninguna actividad externa motivados por nuestro entusiasmo. Lo que deseamos es experimentar a Cristo interiormente como nuestra vida para que el nuevo hombre se produzca espontáneamente. Nosotros somos el nuevo hombre, y la razón por la cual lo somos es que Cristo está en nosotros como nuestra vida.

Algunas personas del cristianismo dicen que el nuevo hombre no puede llegar a ser una realidad. Dicen esto porque no conocen a Cristo como vida; cuando mucho, sólo conocen a Cristo como su Salvador. Pero hoy el Señor en Su recobro desea recobrar de manera cabal, total y completa el hecho de que el Espíritu todo-inclusivo sea nuestra vida diaria. Sin importar de qué continente seamos, cada uno de nosotros debe vivir por este Cristo todo-inclusivo, diariamente y en realidad, y esto sólo se logra cuando lo tomamos como nuestra vida y nuestra persona. A cada momento disfrutamos de Él, lo experimentamos y le permitimos que Él se manifieste en nuestro vivir; por consiguiente, estando en Él no podemos evitar ser uno. No necesitamos esforzarnos por estar unidos; pues espontáneamente somos uno. “Porque todos los que habéis sido bautizados en Cristo, de Cristo estáis revestidos. No hay judío ni griego, esclavo ni libre, varón ni mujer, porque todos vosotros sois uno en Cristo Jesús” (Gá. 3:27-28). Somos un solo y nuevo hombre. Esto no es un movimiento que depende de las emociones o de la organización. Nosotros somos un solo y nuevo hombre porque vivimos por Cristo y le permitimos manifestarse en nuestro vivir. Aunque somos de diferentes nacionalidades, razas e idiomas, tenemos una cosa en común, a saber: el hecho de que Cristo es nuestra vida.

Efesios 4:14-15 dice: “Para que ya no seamos niños sacudidos por las olas y zarandeados por todo viento de enseñanza en las artimañas de los hombres en astucia, con miras a un sistema de error, sino que asidos a la verdad en amor, crezcamos en todo en aquel que es la Cabeza, Cristo”. Luego el versículo 16 continúa diciendo: “De quien todo el Cuerpo, bien unido y entrelazado”. Primero crecemos en Él, y luego brotamos de Él. Primero viene el hecho de crecer en Él y luego el hecho de salir de Él. Toda organización tiene oficiales de enlace, pero en la iglesia no necesitamos tales oficiales de enlace porque Cristo es nuestro “enlace”. Podemos estar unidos y entrelazados porque todo el Cuerpo procede de Él. Sin embargo, si queremos proceder de Él, primero tenemos que crecer en Él. Cuando ustedes crecen en Cristo en todo, entonces a partir de Él, ustedes pueden espontáneamente estar unidos y entrelazados con todos los santos. Si no estamos en Cristo, o si no hemos crecido en Cristo en tantas cosas, no podremos unirnos ni siquiera a nuestros propios hermanos en la carne. Pero si hemos crecido en Cristo en todas las cosas, podremos unirnos unos con otros. Un hermano puede ser de Ghana, África y otro hermano de Taipéi, Taiwán. Ambos son de diferentes lugares que están lejos el uno del otro, y tienen diferentes costumbres, colores de piel, idiomas y conceptos, y a pesar de ello, cada vez que se reúnen experimentan que hay algo en su interior que los une. Ellos no necesitan un oficial de enlace a fin de experimentar unidad, porque ya han sido unidos. Ambos han crecido en Cristo en todas las cosas, y ahora, a partir de Él, están unidos y entrelazados.

(Solo Cuerpo, un solo Espíritu, y un solo y nuevo hombre, Un, capítulo 8, por Witness Lee)