I. CRISTO ANTES DE LA FUNDACION DEL MUNDO
Cristo tiene la preeminencia en el plan de Dios
Dios tenía un plan antes de la fundación del mundo, que consistía en reunir todas las cosas en los cielos y en la tierra bajo Cristo y en El. Este plan se basa en Su beneplácito. Dios es la causa primera; todo es de El y por El. Esto es lo que indica el primer grupo de versículos.
En la eternidad pasada, Dios determinó que habría una casa y que la segunda persona de la Deidad, el Hijo, gobernaría sobre ella. El entregó todas las cosas al Hijo, y éste lo heredó todo; todo es Suyo, existe por medio de El y para El. El Padre planea; el Hijo hereda lo planeado; y el Espíritu lleva a cabo dicho plan. Desde la eternidad pasada el Padre ha amado al Hijo; el Hijo es el Amado del Padre, pues Dios lo amó desde la eternidad pasada. Cuando el Hijo vino a la tierra, el Padre declaró: “Este es Mi Hijo, el Amado” (Mt. 3:17). El Padre ama al Hijo y le dio todas las cosas. El Señor, antes de morir, sabía “que el Padre le había dado todo en las manos” (Jn. 13:3). Cuando resucitó y ascendió, lo hizo para “llenarlo todo” (Ef. 4:10). Este es el significado que nos comunica el segundo grupo de versículos.
(Vencedores que Dios busca, Los, capítulo 2, por Watchman Nee)