II. EL RECONOCIMIENTO DE LOS OBREROS
Estudiemos el caso de los obreros. ¿Cómo reconocemos si una persona es un obrero?
(1) El obrero debe tener dones. Hay muchas clases de dones. El evangelismo, profetizar, pastorear y enseñar son dones. Los diferentes dones son necesarios para las diferentes funciones. El don del evangelismo es útil para dirigirse a los incrédulos. El don de los maestros verifica las doctrinas. Con el don del pastoreo nutrimos a los creyentes para los para que crezcan espiritualmente y les ayudamos a solucionar problemas personales y diferentes asuntos.
Un obrero debe tener cuantos dones sean posibles, pero por lo menos debe tener uno de estos dones.
¿Cómo podemos saber si alguien tiene cierto don? Si él tiene un don, los hermanos que se reúnen con él pueden dar testimonio de ello y confirmarlo. Por tanto, el reconocimiento de un don es del Cuerpo. El Cuerpo sabe si una persona tiene el don de evangelista, aun cuando no se dedique a predicar. Estos son los dones que los obreros deben tener, pero no se limitan a los obreros nada mas.
Muchas personas piensan que si no pueden laborar en una localidad, pueden mudarse a otra y quizá laborar allí. En verdad, la incapacidad de laborar en una localidad no depende de la localidad, sino de si tiene dones o no. Una persona que no tiene dones no los tendrá no importa a donde vaya.
(2) Aunque un obrero puede tener un don, si su vida no es recta, no puede servir en la obra. Su labor depende no solamente del don, sino también de la gracia. No solamente debe tener suficientes dones, sino también abundancia de gracia. El resultado de la obra no se relaciona con el don sino con la vida del obrero. Los obreros que tienen diferentes medidas de gracia tendrán diferentes resultados en la misma obra. La medida de gracia que hay en el obrero determina la calidad de trabajo que produce. Esto no significa que si no se tiene gracia no se puede traer personas a la salvación. Puede ser que uno traiga a alguien a la salvación porque tiene el don del evangelismo. Pero si no tiene vida, cuanto más labore, más derriba. Muchos obreros hoy edifican sus propias obras con una mano y derriban con la otra debido a su carencia de vida.
En Hechos 16:2 todos los hermanos recomendaron a Timoteo. Como resultado, en el versículo 3 se nos dice que Pablo tomó consigo a Timoteo. Esta es la confirmación de los hermanos. Timoteo no fue confirmado en un solo lugar, sino por lo menos en dos. Si la condición de un obrero delante del Señor es recta, y tiene la gracia, los hermanos que se reúnen en la misma localidad, inclusive los que no son espirituales, darán testimonio de él.
(Vencedores que Dios busca, Los, capítulo 8, por Watchman Nee)