CRISTO EN OTRA FORMA
El capítulo 1 nos dice que Cristo, como Dios, tomó forma humana (v. 14); pero cuando nos encontramos con Él al final del Evangelio, vemos que tiene otra forma: el Espíritu. En la noche del día en que resucitó, Él vino al lugar donde los discípulos estaban reunidos y se puso en pie en medio de ellos (20:19). ¿Cómo pudo entrar en un lugar donde las puertas estaban cerradas? Nadie le abrió la puerta, sino que Él inesperadamente apareció allí. Además de esto, habló con los discípulos, les mostró Sus manos y Su costado, e incluso sopló en ellos y les dijo: “Recibid al Espíritu Santo” (vs. 20-22). Al hacer esto, Él estaba infundiéndose en ellos como Espíritu vivificante. Al inhalar el aliento santo (las palabras espíritu y aliento son la misma en griego), los discípulos estaban recibiendo en su interior a Cristo como Espíritu. Después de esta reunión con los discípulos, no se ha dejado constancia en el Evangelio de Juan que el Señor se fuera, pues a partir de ese momento, Él estaba en ellos, y no simplemente entre ellos. Él había cumplido Su promesa de regresar en calidad de Consolador y de estar en ellos.
¿Cómo podemos ser pámpanos de la vid? ¿Cómo podemos morar en Él y permitir que Él more en nosotros? Por muchos años estuve sin entender esto, hasta que un día vi que Él, como Espíritu vivificante, había entrado en mi espíritu, simplemente para ser uno conmigo. Por consiguiente, yo soy uno con Él, pero no en mi mente, ni en mi parte emotiva ni en mi voluntad, sino en mi espíritu.
Hoy el Señor ya no es Jesús en la carne, sino que ahora es el Espíritu vivificante. Con respecto a Su exaltación, Él está a la diestra del Padre como Señor de todo (Hch. 2:32-36); pero con respecto a la manera en que mora en nosotros, Él es el Espíritu vivificante. Debido a que Él está en nuestro espíritu, nosotros somos un solo espíritu con Él (1 Co. 6:17). Este “un solo espíritu” es la vid. Estos dos espíritus son uno en la vida divina y uno en la naturaleza divina.
Si ven esto, sólo tengo algo más que decirles, a saber: cómo permanecer en Él. Aparte de permanecer, usted no necesita hacer nada.
(Mensajes de vida, tomo 2 (#42-75), capítulo 11, por Witness Lee)