Mensajes de vida, tomo 2 (#42-75), por Witness Lee

PREDICAR Y ENSEÑAR LA PALABRA

Nosotros intentamos diferentes maneras de obtener un incremento numérico, pero no resultaron muy eficaces. La mejor manera es predicar y enseñar la Palabra. ¿Alguna vez ha intentado enseñarles a sus padres por una hora? Debe prepararse para decirles algo razonable, como por ejemplo:

“Papá, tú eres mayor que yo y has tenido más experiencias que yo. ¿Podrías decirme cuál es el propósito de la vida humana?”. Luego, debido a que usted está tan familiarizado con la Palabra y la mantiene siempre en su bolsillo, puede decirle lo que la Biblia declara que es el propósito del hombre. Él entonces quedará impresionado y le preguntará dónde aprendió eso. Entonces puede decirle: “Lo aprendí de la Biblia, papá. De los capítulos 1 y 3 de Efesios”.

En otra ocasión podría decirles a sus padres: “Papá y mamá, ¿sabían ustedes que existen tres voluntades en el universo?”. Cuando ellos le pregunten: “¿Cuáles son las tres voluntades?”, usted podrá hablarles acerca de la voluntad divina, la voluntad satánica y la voluntad humana. Aun cuando ellos se opongan a usted, la manera en que les habla les parecerá tan interesante que escucharán. Si ellos compran su “mercancía” o no, eso es decisión de ellos, ¡pero usted tiene que intentar venderla! Preséntela en un folleto atractivo que no sea demasiado breve. Una plática con ellos de una hora estaría bien.

Ustedes deben hacer esto también en la universidad. Si intentan conseguir que las personas invoquen al Señor, si les dicen que el cristianismo está equivocado o si declaran que el recobro del Señor es lo único que importa, los demás pensarán que usted tiene problemas mentales. Ustedes tienen que aprender a enseñar a otros de una manera atractiva.

(Mensajes de vida, tomo 2 (#42-75), capítulo 1, por Witness Lee)