Mensajes de vida, tomo 2 (#42-75), por Witness Lee

LA DEFICIENCIA DE LAS VIRTUDES NATURALES

Tomemos por ejemplo el matrimonio. En una ceremonia de bodas, el novio promete amar a su esposa, y la novia hace un voto de someterse a su marido. Sin embargo, no muchos días después de la boda surge un problema entre esta nueva pareja. Sus personalidades no son compatibles. El novio tal vez sea una persona muy calmada, pero aun así la lentitud de su esposa lo provoca sobremanera. La novia, por su parte, no puede soportar al hombre tan acelerado con quien se ha casado. Al parecer, ella no puede marchar al paso de su esposo. Todos los votos que se hicieron en su ceremonia de bodas parecen haberse esfumado. Las promesas de amarse y someterse han sido desechadas.

Con el tiempo el problema se calma. Quizás les ayuda tener una conversación con alguien o probablemente escuchan un mensaje que los inspira. Así que deciden dar solución a sus problemas. El novio dice para sus adentros: “Es cierto que soy una persona acelerada; debo compadecerme más de mi esposa”. La novia también decide esforzarse más por ir al paso de su esposo; después de todo, él es su cabeza. Estos nuevos esfuerzos de ser más amoroso, por parte del novio, y de ser sumisa, por parte de la esposa, les causan un gran sufrimiento.

Supongamos que lograran hacer esto, es decir, que el esposo tuviera suficiente amor por su esposa, y la esposa consiguiera someterse a su esposo. Eso no es lo que Dios desea; Él no desea un amor ni una sumisión que sea ajena a Cristo.

(Mensajes de vida, tomo 2 (#42-75), capítulo 19, por Witness Lee)