Mensajes de vida, tomo 2 (#42-75), por Witness Lee

PREDICAR EL EVANGELIO DE JUAN

¡Intente predicar lo que usted sabe que otros no pueden entender! ¿Es usted lo suficientemente necio para hacer esto? ¿Practicará esto con sus padres? ¡No les predique acerca de la ciencia nuclear! ¡Predíqueles basado en el Evangelio de Juan! Hable con sus familiares de esta manera: “Quisiera contarte que el Señor Jesús es una vid y que yo soy uno de los pámpanos. Tú todavía no eres un pámpano, pero espero que lo seas después de nuestra conversación”. Créame, usted recibirá una respuesta positiva. Esa persona le dirá: “Oh, me gustaría ser un pámpano como tú. ¿Cómo puede ocurrir eso?”.

¿Qué le dirá usted entonces? ¿Cómo proseguirá? Espero que no empiece diciéndole que él es un pecador y que necesita confesar las cosas que ha robado, y que luego necesita orar para que el Señor Jesús entre en su corazón. Por supuesto, si el Espíritu Santo lo guía a usted de esa manera, está bien. Pero muchas veces ésa es la manera rutinaria en que usted les habla a las personas. En cada ocasión, usted debe responder conforme a la dirección que reciba del Señor en ese momento, y no conforme al método que usted mismo ha ideado.

El Espíritu Santo podría guiarlo a responder de esta manera: “Lea Juan 1:16, que dice: ‘Porque de Su plenitud recibimos todos, y gracia sobre gracia’. Tú tienes que recibir algo de parte del Señor. Es así como llegas a ser un pámpano”. No piense que él no le entenderá. Si usted sigue al Espíritu y el Espíritu opera en usted, él entenderá. Su predicación del evangelio no debe seguir siendo natural, superficial, trivial ni baja.

(Mensajes de vida, tomo 2 (#42-75), capítulo 8, por Witness Lee)